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2011/01/17

Banco Mundial teme una crisis en el precio de los alimentos

La crisis sería más profunda que la que, en 2008, desató disturbios en varias partes del mundo y afectaría, naturalmente, a los más pobres, dice el director del Banco Mundial, Robert Zoellick, en conversación exclusiva con la BBC.
Robert Zoellick dice ver en la crisis de 2008, que desató graves disturbios en varias partes del mundo, una advertencia destinada a seguir la evolución de la situación económica muy de cerca.
Aunque reconoce que los mercados son diferentes y las condiciones han cambiado, el Banco Mundial ha extraído una lección a partir de la crisis de 2008: fortalecer la producción de alimentos.
"En la reunión que sostuve con el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, en diciembre pasado, le expuse que las economías del G-20 debían inclinarse por una política de Primero el Alimento", afirma Zoellick.
Tampoco tiene problemas para reiterar lo obvio cuando afirma que los pobres son los más vulnerables a tales alzas de precios.
De aquí que proponga programas para auxiliar a los más desprotegidos, actualizar las redes de seguridad social o la acumulación de alimentos en lugares del mundo tradicionalmente vulnerables como el Cuerno de África.
Todo esto debería venir aparejado con pronósticos del tiempo de largo alcance y medidas para impedir que los países insistan con malas políticas.

Problemas para 2011

Zoellick ve como el problema prioritario de 2011 una posible crisis alimentaria.
Sin embargo, ésta viene aparejada con la carestía en otros rubros, por ejemplo, en la energía, los fertilizantes o el transporte, factores todos que inciden en el precio de los alimentos.
"Mucha gente olvida que antes de la crisis del precio de los alimentos, hubo una crisis del combustible", dice Zoellick.
Por otra parte, en Europa la gente está viendo qué ocurre con las deudas soberanas de los países y los créditos.
Según el director del Banco Mundial, Europa saldrá de la crisis, pero no sin afectar a algunas ecocnomías periféricas, las que serán sometidas a una gran desgaste.
Sin dar nombres, Zoellnick también incluyó en la lista de problemas los países afectados por fricciones y tensiones debido a que no trabajan juntos.

Volatilidad de divisas

2010 vio una tendencia a mantener bajo el valor de su divisa por parte de algunos países para favorecer su poder exportador.
Lo bueno de la crisis actual, según Zoellick, es que ha espantado el fantasma del proteccionismo, lo que le hace manter la esperanza de que no se llegue a una guerra comercial.
"Junto a la Organización Mundial de Comercio, y otras organizaciones, trataremos de enfatizar el beneficio de los mercados abiertos.
"Por ejemplo, hablando del alto precio de los productos agrícolas, cuando los países bajan las barreras a la importación, pueden internar alimentos a precios más bajos".
El Banco Mundial ofrece su ayuda en logística comercial y sistemas de aduana para hacer más expedito el comercio mundial. Lo difícil es ver cómo se integran a este esfuerzo países que están en distintas atapas de su desarrollo o en distintas etapas de su recuperación.
"No será fácil", concluye Zoellick.

BBC Mundo

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