El polémico fundador de WikiLeaks, Julian Assange, trató de impedir hace unos días la presencia de medios durante un debate que protagonizó con el columnista del Times David Aaronovitch en la Universidad de Londres.
Según ha publicado Padraig Reidy en su blog en Guardian.co.uk, Assange puso una serie de condiciones para que se celebrara el enfrentamiento con uno de sus mayores críticos: sin fotógrafos de prensa, ni cámaras, ni llamadas, ni cobertura en streaming. Sólamente podría estar presente en el acto una cámara de televisión. La asociación británica en defensa de la libertad de prensa, la Index on Censorship, aceptó las reglas del creador de WikiLeaks.
Esta organización justifica su conducta asegurando que «valía la pena» aceptar estas condiciones para que el debate, en el que Assange tuvo que defender con dificultades la filtración masiva de documentos sobre la guerra de Afganistán, pudiera celebrarse. Y porque, además, la gente que asistía a este debate podría contarlo desde sus cuentas en Twitter o desde sus blogs.
Assange protagonizó momentos de tensión, especialmente cuando se le preguntó sobre cómo se sentiría si, como resultado de las filtraciones, hubiera muerto algún ciudadano afgano, a lo que respondió que el Pentágono no ha identificado a ninguna persona que se haya visto dañada por la difusión de estos documentos.
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