Libertad Digital
Capcom desarrolló un motor gráfico específico para este título, MT Framework, y lo usó de envoltorio de cientos de zombies como excusa para ponerlo a prueba. Sin embargo, la jugada le salió mucho mejor de lo esperado con un título amado por miles de aficionados, por no hablar de la alta rentabilidad que le sacaron al motor usándolo posteriormente en títulos como Lost Planet o Resident Evil 5.
Para la secuela, Capcom escogió Blue Castle Games, una desarrolladora canadiense casi novel pero que ha dado la campanada con un título más que notable. Para empezar, cabe destacar que el motor gráfico es de cosecha propia, consiguiendo así mover miles de zombies en pantalla, muchos más que los vistos en la primera entrega.
Nuestro protagonista en esta ocasión será Chuck Greene, un campeón de motocross cuya mujer murió en el incidente del primer Dead Rising, y cuya hija resultó herida por un muerto viviente. Por ello, cada día le tiene que inyectar el medicamento "Zombrex", que mantiene la infección a raya para evitar que mute. Por desgracia, este medicamento es muy caro, así que Chuck compite en un Reality Show de la televisión, Terror is Reality, donde tiene que eliminar zombies mientras conduce su moto. Por desgracia, alguien sabotea el concurso y los zombies escapan por toda la ciudad de Fortune City. Para colmo de males, un montaje en televisión le culpa a él de la nueva plaga. De ahora en adelante, y con su hija en un refugio, tenemos 72 horas para descubrir las múltiples tramas y subtramas que nos esperan en la ciudad, así como conseguir inyectar una dosis de Zombrex a nuestra hija cada 24 horas. La trama no es más que una excusa, pero resulta entretenida, además de contar con muchos personajes secundarios que proporcionarán muchos momentos interesantes.
La jugabilidad será, en resumidas cuentas, la misma que ya vimos en la primera entrega, matar zombies con todo tipo de armas que nos encontremos por los escenarios, desde un simple cuchillo hasta un corta-césped, pasando por machetes, palancas, mesas, etcétera. Una de las principales novedades será la posibilidad de fabricar armas juntando dos de ellas, como podría ser unos clavos con un bate de béisbol o un remo con dos motosierras.
La personalización volverá a ser protagonista indiscutible, ya que podremos vestir a Chuck con casi todos los accesorios, ropas y complementos que encontremos en las tiendas de Fortune City, ciudad que por cierto estará completamente a nuestra disposición, libre para explorar de cabo a rabo.
En resumen, nos encontramos ante un título extremadamente divertido, donde el humor negro será el rey indiscutible. Las nuevas posibilidades como la combinación de armas y el hecho de disponer de una ciudad entera para explorar, nos aseguran muchísimas horas de diversión por delante.
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