El Pais
Faltan diez días para que Nokia ponga a la venta su N8, un smartphone de alto riesgo para el futuro de la multinacional, sin embargo parece que los disgustos le vienen de los despachos: ayer se anunció otra dimisión /cese: se va Lee Williams el director general de la fundación Symbiam.
Es el sexto relevo en apenas dos meses. Desde que el canadiense Stpehen Elo relevó al máximo ejecutivo de la empresa finesa, Olli-Pekka Kallasvuo. Después de aprobar su baja, se hizo el harakiri el presidente del consejo de administración Jorma Ollila, que anunció su retirada para los próximos meses, a continuación se despidió Anssi Vanjoki, vicepresidente y responsable de los smartphones, la parte de la empresa que más críticas ha recibido siempre, pese a mantener el liderazgo mundial. Vanjoki fue claro en explicar su marcha: "Me voy porque no me han nombrado director general". En el tiempo también coincidió la dimisión de Ari Jaaksi, responsable de la plataforma de futuro MeeGo Linux. Y por si fuera poco, también se iba el jefe de Nokia en el Reino Unido, Mark Loughran.
La marcha ahora de Williams se intrepreta, como un ahorro de costes, quitar burocracia a la empresa y concretamente a la Fundación Symbiam, uan organizcaión sin ánimo de lucro creada hace dos años. Pero va a tener sustituto en el hasta ahora número dos, Tim Holbrow, por lo que la interpretación del ahorro pierde fuerza en favor de una retirada a causa de las críticas recibidas por el nuevo Symbiam 3.
Symbiam es el sistema operativo más popular del mundo, pero recientemente ha sufrido varios varapalos comerciales al anunciar Samsung y Sony Ericsson que no seguirán fabricando móviles bajo este sistema. De este modo, Symbiam, que nació como un sistema en el que participaban varias marcas mundiales, se ha visto reducido sólo a la marca de Nokia, al igual que ocurre con el iOS de Apple y el RIM de las Blackberrys. Mientras, los sistemas Windows Mobile 7 y Android de Google se ofrecen, con diferentes sistemas propietarios, a todos los fabricantes.
De la aceptación comercial del nuevo N8, el smartphone nacido para competir con el iPhone y los Android, dependerá que el nuevo ejecutivo canadiense pare o siga podando la ejecutiva del primer fabricante mundial de móviles.
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