Ha sido una conjunción de partida de póquer y fortaleza financiera. Lo primero por la estrategia que ha desarrollado a lo largo de las 27 jornadas y 224 rondas que ha durado la subasta alemana del móvil, la más larga de la historia en el sector. Empezó con timidez, con pujas limitadas. Su objetivo era conseguir dos bloques en la banda de 800 megahercios. Era lo máximo a lo que podía aspirar de las frecuencias que todos deseaban, porque son las de más calidad para la banda ancha móvil, el negocio clave del futuro, y las que permiten mayor cobertura con menor coste.
El problema es que ésa también era la meta de KPN y las dos no podían ganar. O se repartían los bloques y se quedaban uno cada una -una cantidad demasiado escasa para sobrevivir a medio plazo- o una debía perder. Las otras dos rivales, Deutsche Telekom y Vodafone, no tenían ese conflicto. Cada una podía hacerse sin problemas con dos bloques.
Durante semanas, Telefónica ha jugado a que no le importaba compartir el tesoro con KPN y repartirse las frecuencias de 800 MHz. Pero en la recta final ha echado mano de su segunda estrategia en la subasta -la fortaleza financiera- y ha realizado una demostración de poderío económico.
El lunes de esta semana comenzó el verdadero pulso. Telefónica se fue a casa el fin de semana como dueña de un solo bloque de 800 MHz, pero decidida a que todo cambiara. Y así fue. En la primera sesión de la semana, Telefónica demostró su fuerza y puso la cifra más alta sobre la mesa para hacerse con los dos bloques. KPN intentó luchar. Las pujas subieron. Se habían necesitado 23 días para llegar a 3.250 millones de recaudación total. En sólo cuatro días, las ofertas subieron a 4.385 millones. Y KPN se rindió.
La bandera blanca se izó ayer poco antes de las cinco de la tarde. Telefónica ganó los dos bloques de espectro de 800 MHz que deseaba por 1.212 millones y otros nueve más en otras bandas. En total, paga 1.379 millones, sólo un poco menos que Vodafone, la que más desembolsará en subasta. Deutsche Telekom se queda con 1.300 millones y KPN limita su abono a 284 millones.
Telefónica consigue así espectro suficiente y de calidad para competir con los grandes, Deutsche Telekom y Vodafone, a largo plazo. Su posición actual es la más rezagada, ya que es la menor de las cuatro operadoras de móvil alemanas. De paso, deja en muy mala situación a su principal rival, KPN, que tendrá que aliarse con Telefónica y llegar a un acuerdo para alquilarle espectro o renunciar al mercado germano, algo que no está contemplado. La alianza reforzaría la posición de la española en Alemania y, además, ahora Telefónica tiene la posición de fuerza.
El problema es que ésa también era la meta de KPN y las dos no podían ganar. O se repartían los bloques y se quedaban uno cada una -una cantidad demasiado escasa para sobrevivir a medio plazo- o una debía perder. Las otras dos rivales, Deutsche Telekom y Vodafone, no tenían ese conflicto. Cada una podía hacerse sin problemas con dos bloques.
Durante semanas, Telefónica ha jugado a que no le importaba compartir el tesoro con KPN y repartirse las frecuencias de 800 MHz. Pero en la recta final ha echado mano de su segunda estrategia en la subasta -la fortaleza financiera- y ha realizado una demostración de poderío económico.
El lunes de esta semana comenzó el verdadero pulso. Telefónica se fue a casa el fin de semana como dueña de un solo bloque de 800 MHz, pero decidida a que todo cambiara. Y así fue. En la primera sesión de la semana, Telefónica demostró su fuerza y puso la cifra más alta sobre la mesa para hacerse con los dos bloques. KPN intentó luchar. Las pujas subieron. Se habían necesitado 23 días para llegar a 3.250 millones de recaudación total. En sólo cuatro días, las ofertas subieron a 4.385 millones. Y KPN se rindió.
La bandera blanca se izó ayer poco antes de las cinco de la tarde. Telefónica ganó los dos bloques de espectro de 800 MHz que deseaba por 1.212 millones y otros nueve más en otras bandas. En total, paga 1.379 millones, sólo un poco menos que Vodafone, la que más desembolsará en subasta. Deutsche Telekom se queda con 1.300 millones y KPN limita su abono a 284 millones.
Telefónica consigue así espectro suficiente y de calidad para competir con los grandes, Deutsche Telekom y Vodafone, a largo plazo. Su posición actual es la más rezagada, ya que es la menor de las cuatro operadoras de móvil alemanas. De paso, deja en muy mala situación a su principal rival, KPN, que tendrá que aliarse con Telefónica y llegar a un acuerdo para alquilarle espectro o renunciar al mercado germano, algo que no está contemplado. La alianza reforzaría la posición de la española en Alemania y, además, ahora Telefónica tiene la posición de fuerza.
La cifra
0,13% fue la subida de ayer de Telefónica en Bolsa. Tras una jornada de caídas profundas, la noticia de la victoria en Alemania dio la vuelta a la cotización.Desembolsos bajo control y 4.385 millones en plena crisis
Telefónica ha cumplido su papel en Alemania. Como cuarta mayor compañía de telecomunicaciones del mundo y con ambiciones de ser la primera en Europa, tenía claro que no podía cerrarse las puertas a crecer en el país germano. Tampoco escatimará recursos en Reino Unido y España, los otros dos países que venderán a corto plazo frecuencias de móvil. Así lo ha establecido la operadora, que considera que la banda ancha móvil es clave para el futuro y que tener espectro es imperativo para estar entre los grandes jugadores.Por eso, Telefónica ya había avisado de que sus grandes inversiones próximas serían en espectro. Pero la subasta alemana también ha confirmado que los desembolsos son controlados. Ninguna operadora se ha dejado llevar y la recaudación total para Alemania, 4.385 millones que llegan en plena crisis internacional, está en la parte media de las previsiones -entre 2.000 y 7.000 millones-. Nada que ver con los 50.000 millones recaudados en la subasta de UMTS de 2000. Y esto es una guía para las siguientes subastas.
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