No es raro escuchar a los fieles seguidores de Hugo Chávez justificar sus fallos tras más de una década en el poder en Venezuela asegurando que "al presidente lo tienen engañado" sus ministros y colaboradores.
Más habitual aún es que sus opositores critiquen que el mandatario está desconectado de la realidad y los problemas del venezolano porque se ha endiosado y "ya no patea barrio".Y aunque Chávez niega molesto ambos extremos, reconoce haber descubierto en Twitter un poderoso e inesperado aliado para conocer, de primera mano, las peticiones, demandas, quejas y denuncias de los ciudadanos que se cuentan por miles cada hora. Eso sí, resumidas en 140 caracteres.
"Este teléfono casi se va a fundir. Ahora me estoy enterando de muchas cosas por aquí", dijo Chávez la semana pasada en un acto con la nueva policía nacional.
Espoleado por la creciente influencia de Twitter en el convulso panorama informativo venezolano e irritado por la avasalladora presencia de sus opositores frente al poco eco de los "revolucionarios", Chávez armó su teléfono BlackBerry con el popular servicio de microblogging para ponerse al frente de la batalla mediática online.
El mandatario pasó de reprobar esta red social a ser un fanático declarado y se ha convertido en un fenómeno Twitter: en apenas cinco semanas su cuenta @chavezcandanga rebasó los 450.000 seguidores y lidera holgadamente la clasificación que antes encabezaban algunos de sus más enconados detractores.
De hecho, la entrada del "Soldado Bolivariano, Socialista y Antiimperialista", como se define en su perfil, ha contribuido a dar más visibilidad, impacto y usuarios a Twitter y ha agregado un medio de comunicación más para conectar con sus adeptos y enfrentarse a sus enemigos.
"Chávez se ha convertido en un legitimador del poder de las plataformas digitales, lo que me parece un movimiento político interesante. En vez de combatirlas, se unió", dijo Andrea Hoare, profesora de Tendencias Digitales en la Universidad Central de Venezuela (UCV).
EL MURO DE LAS LAMENTACIONES
Desde su llegada al poder en 1999, aupado por su mensaje de justicia social y lucha contra la corrupción, el mandatario recibe miles de cartas al año en las que los venezolanos le piden ayuda, ya sea para un costoso tratamiento médico, una nueva casa familiar o un empleo para un cabeza de familia.
Ahora, los papelitos que sus seguidores trataban de hacerle llegar en actos públicos con sus ruegos se están digitalizado.
"Mira este mensaje: @chavezcandanga, somos egresados de la Unefa Zulia, desempleado el 90 por ciento. Por favor, ayuda comandante", leyó mientras revisaba las entradas de su cuenta durante un consejo de ministro en la madrugada del lunes.
"Vamos a llamarlo. Nosotros no podemos desoír esto, sería una gran irresponsabilidad. Hay que oír, llamar y buscar soluciones", agregó.
El informe "Verdades y mentiras de Chavezcandanga", compilado por Arnaldo Espinoza (@naldoxx), mostró tras analizar 12.000 mensajes a su cuenta entre el 7 y 8 de mayo que un 43 por ciento fue "peticiones y denuncias", un 31 por ciento de "mensajes positivos" y un 17,6 por ciento "negativos".
Para sus adversarios, esta es evidencia irrefutable del fracaso de sus políticas socialistas de nacionalizaciones y controles estatales y le reclaman por ese mismo medio que reconozca sus errores y rectifique.
"Hace poco me escribía alguien, a lo mejor un escuálido (opositor), me decía: bueno, Chávezcandanga ¿qué opinas tú? ¿no te dice nada tantas solicitudes? Esto parece el muro de los lamentos", comentó el mandatario esta semana.
Lejos de considerarlo algo negativo, Chávez sintetizó las tres lecciones que le deja este contacto con la realidad: que Venezuela sigue viviendo en el "reino de la injusticia" que es el capitalismo, que el socialismo está lejos de cumplir las metas y - más importante - que la gente todavía cree en él.
"Porque triste es que un pueblo no crea en nadie, no tenga a quién escribirle, no tenga a dónde dirigirse para criticar, para quejarse, para solicitar ayuda", aseguró.
'TWEET' DE DOBLE FILO
Enfebrecido con su nuevo juguete, Chávez ahora lee decenas de mensajes en casi todos sus actos públicos, sacando el teléfonos en un consejo de ministros transmitido por la televisión estatal, durante su programa "Aló, Presidente" o en una reunión del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Su reacción va de la carcajada explosiva a la más inflamada indignación. Y no por los mensajes ofensivos, que suele responder sonriente y de buen humor, sino por los miles de venezolanos que le piden trabajo, vivienda, salud o que actúe por la corrupción o incompetencia en la administración pública.
A cada súplica que lee en público, Chávez responde ordenando ardorosamente a los ministros que busquen una solución, mientras sus colaboradores se afanan en anotar los nombres y detalles del problema que les dicta el mandatario.
"Mira este mensaje: 'mi comandante sufro de una terrible enfermedad pulmonar'. ¿Te das cuenta? Estas cosas pegan, yo a veces no duermo porque empiezo aquí ¡Dios mío! Y empiezo a responder y a llamar a los ministros, ayúdenme aquí, ubiquen a esta persona", relató iracundo esta semana.
Aunque el Twitter le permite a Chávez reforzar el nexo personal con sus correligionarios, los analistas advierten de que podría convertirse en un arma de doble filo para el mandatario, en momentos en que su popularidad está debilitada por la crisis económica y eléctrica poco antes de los comicios legislativos.
"Para sus seguidores está claro que él es el único que resuelve y que el problema es los que están alrededor. ¿Cómo va a salir de eso ahora que la gente está convencida de que sus mensajes le llegan al que resuelve?", dijo Billy Vaisberg, del directorio Twitter Venezuela (http://twitter-venezuela.com).
La avalancha ha llegado a tal punto que el mandatario anunció la creación la Misión Chávezcandanga, en la que un grupo de 200 funcionarios trabajará 24 horas al día para contestar su cuenta. Y aún así, podría ser insuficiente.
La página Trendistic (http://trendistic.com) calcula que Chávez puede llegar a ser mencionado hasta en unos 250.000 'tweets' diarios y el propio líder venezolano asegura recibir centenares de twitts cada hora, reconociendo que le es imposible dar respuesta a todos.
"Extrapolando estos números, el presidente podría llegar a recibir más de 68.000 peticiones y casi 39.000 denuncias", explicó Espinoza en su reporte. "¿Un equipo de 200 personas para procesar, cada uno, unas 500 peticiones/denuncias al día? Creo que se quedan cortos", concluyó.
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