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2010/05/21

Europa: la era de la austeridad

Fuente: BBC Mundo.

Un fantasma recorre Europa: el mega ajuste económico.
Los llamados PIIGS (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España) han anunciado uno tras otro recorte en el gasto y aumentos impositivos.
La crisis no se limita a los 16 países que manejan el euro como moneda. El nuevo gobierno británico de coalición, liderado por el conservador David Cameron, ha anunciado recortes equivalentes a unos US$9.000 millones para este año.
Incluso países menos comprometidos a nivel de deficit fiscal y deuda pública como Francia y Alemania están haciendo ajustes.
"Es el programa de austeridad más duro desde los años de la posguerra", señaló a BBC Mundo Ansgar Belke, del Instituto Alemán de Investigación Económica.

Ironías del destino

Nadie parece esquivar el guadañazo fiscal. Gobiernos socialistas como el de José Luis Rodríguez Zapatero en España, o el de George Papandreu en Grecia; coaliciones conservadoras liberales como las de Alemania o el Reino Unido, también se han sumado a la era de la austeridad.
La ironía es que la crisis fiscal de los Estados se debe en gran medida a que debieron salir al rescate de los bancos para evitar un colapso del sistema financiero: este mismo sistema le pasa ahora la cuenta por el rescate que les permitió sobrevivir.
No sólo eso. Los grandes beneficiarios del mega rescate de Grecia y del blindaje de la Eurozona serán los mismos bancos europeos - y estadounidenses - que tienen en sus carteras bonos soberanos que corrían el riesgo de convertirse en nuevos "activos tóxicos" (préstamos incobrables).
Una segunda ironía es que tanto sacrificio puede ser inútil.

Remedios y enfermedades

Los mega ajustes pueden fracasar por razones políticas y económicas.
A nivel político, los planes de austeridad ya han causado protestas y muertes a pesar de que por el momento no se ha ido más allá de los anuncios. Cuando sucedan, hay un serio peligro de implosión social y caos político.
A esto se suma que el rescate de los bancos ha quitado legitimidad social a estos planes. Entre votantes conservadores de clase media británicos a los que les suben los impuestos y trabajadores griegos que ven peligrar su empleo la queja recogida por los medios informativos parece la misma: que la crisis la paguen los bancos.
Peor aún, no está claro que la receta vaya a dar resultado.
Aplicar un ajuste en medio de una recuperación incipiente o una prolongada recesión, como es el caso de la mayoría de los países europeos, presenta serios peligros: el remedio puede ser peor que la enfermedad
"Nos exponemos a una doble recesión. Cortar el gasto público fue lo que hizo el presidente Hoover en los Estados Unidos o el canciller Brüning en Germany en 1931, provocando la depresión y tragedia de la década del 30", señala John Monks, secretario general de la Confederación de Sindicatos Europeos.

¿Hay alternativas?

Muchos economistas puntualizan que la alternativa al ajuste es peor. Dado que los gobiernos tienen fuertes déficit fiscales y abultadas deudas necesitan de los mercados financieros para sobrevivir. Los mercados quieren asegurarse que les van a devolver el dinero: la manera de convencerlos de que va a haber dinero en las arcas es ajustando el gasto. Si no lo hacen la deuda crecerá hasta hacerse insoportable.
En este caso, la única salida sería una reestructuración de la deuda o cesación de pagos, considerada anatema entre los economistas ortodoxos.
"Si los programas de austeridad no se cumplen la crisis será peor. Una reestructuración de la deuda implica aislarse de los mercados. Ningún país está en una situación fiscal para seguir esta ruta", señaló a BBC Mundo el economista húngaro Zsolt Darvas, de Brueguel, un instituto de investigación económica en Bruselas.
A derecha e izquierda del espectro no son pocos los que opinan que, al menos en el caso de Grecia, la reestructuración de la deuda sería la salida más justa - los bancos y los inversores son tan responsables como los gobiernos por lo que pasa - y la única que ofrece un horizonte a largo plazo.
En todo caso la era de la gran austeridad ha comenzado en Europa y nadie puede anticipar las consecuencias.

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