En plena polémica por el testimonio de la vicepresidenta de Google ante el Congreso, en el que incluía España como uno de los países donde se persigue Internet, el departamento de Estado del Gobierno norteamericano ha publicado su informe anual sobre los Derechos Humanos en el mundo. Cada país merece un extenso capítulo. En el dedicado a España se analizan, por ejemplo, las noticias sobre juicios a policías por torturas en comisaría o la política de inmigración y el sistema electoral. En el apartado dedicado a Internet, el informe señala contundentemente que "no hay restricciones en el acceso a Internet". Afirma que se monitorizan sitios que fomentan el odio o el antisemitismo, pero no hay constancia de que el Gobierno controle el correo electrónico o los chats. "Personas y grupos pueden participar en la expresión pacífica de las opiniones a través de Internet, incluyendo el correo". Según sus cifras, un 57% de la población usa Internet.
El informe se refiere a otros países de manera más crítica, por ejemplo a China. Las autoridades de este país ya han replicado airadas al mismo asegurando que el informe es un ejercicio de hipocresía ya que Estados Unidos vulnera los derechos humanos y cita que su sistema financiero ha infectado y empobrecido a muchos países.
El informe abarca 194 países y, según se explica en el preámbulo, el Gobierno recopila esta información para ayudar al Congreso en su seguimiento de la política exterior estadounidense en materia de ayuda militar o económica a otros países. Según el documento, las restricciones a la libertad de expresión ha aumentado también en los medios electrónicos, muchas veces a través de subtiles maniobras ejercidas por autócratas para evitar llamar la atención a los grupos defensores de los Derechos Humanos y a los países donantes de ayuda económica.
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