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2012/07/05

Google hace limpieza (otra vez)


Lo llaman “limpiar la casa” y lo hacen cada pocos meses. Google lanza nuevos proyectos y servicios con la misma agilidad y ligereza con que decide cerrarlos. En esta ocasión los damnificados son variopintos. Google Mini echará el cierre el 31 de julio. Lanzado en 2005 servía como motor de búsqueda interno para pequeñas y medianas empresas. En su lugar, la empresa de Mountain View recomienda usar Google Site Search y Google Commerce Search.
Google Talk Chatback servía como servidor de chat para servicios de terceros, así el poseedor de una página web podía resolver dudas en tiempo real desde Google Talk, algo que habitualmente se usa dentro de GMail. Meebo bar es la alternativa recomendada. En todo caso, queda confuso, pues Meebo ha pasado a ser propiedad del buscador y ha anunciado su cierre para el 11 de este mes.
Sí parece lógico cancelar Symbian Search App, la aplicación para el sistema operativo de Nokia, que no emplea ni su inventor. A cambio dan una solución sencilla, entrar a www.google.com desde el móvil e incluir entre los favoritos.
Antes de comprar YouTube, el buscador dio sus primeros pasos en el mundo audiovisual con Google Video. En mayo de 2009 dejaron de hospedar nuevos contenidos para convertirse en un gran almacén de rarezas audiovisuales. Al menos, no se perderán, sino que el 20 de agosto pasarán a hospedarse en YouTube.
Hasta ahí todo encaja, más o menos, se trata de servicios usados por un público muy concreto y superados por aplicaciones nuevas. Sin embargo, iGoogle no parece serlo. De acuerdo en que la fecha del adiós es lejana, noviembre de 2013, pero ya está puesta. La versión para móviles desaparecerá este mismo mes de julio. iGoogle era lo más parecido a un portal a la carta, la página de entrada a Internet. Su virtud estaba en los widgets, trocitos de código que permitían tener información en tiempo real de un vistazo. Así, al acceder al navegador se tenía acceso al buzón de entrada del correo, la información meteorológica, los resultados deportivos, la cotización de la bolsa o las últimas noticias, sin necesidad de saltar de página en página.
En esta ocasión la alternativa no es tan concreta, tampoco sencilla. A los que lo usaban en el ordenador se les recomienda pasarse a Chrome, el navegador creado por Google, y añadir complementos. A los que lo usaban desde el móvil se les invita a explorar Google Play, su tienda de aplicaciones para móviles y tabletas Android. Sin embargo, ¿qué sucede con aquellos clientes de iGoogle que usen iPhone, Blackberry, Windows Phone o Nokia?

Google cierra con toda naturalidad. Tanto que parece que se asuma como una rutina más. Un signo es cómo lo explican, como si fuese un suceso de temporada. “La limpieza de verano”, lo titulan. La primera barrida se hizo en otoño. Desde entonces han puesto fecha de caducidad a una treintena de servicios.
El pasado septiembre certificaron la defunción de Notebook y FastFlip, entre otros. El primero era un cuaderno en la nube, para sincronizar notas entre dispositivos. El segundo se centraba en el consumo y adaptación de contenidos de una manera más atractiva. La aplicación Flipboard ya lo hacía en iPad con brillantez. Tardaron en dar una respuesta, hasta que salió Currents su aplicación para consumir contenidos de periódicos y revistas de una manera más natural en tabletas.

En la limpieza de primavera, Currents se llevó One Pass por delante, un kiosko virtual. No les tembló el pulso. Mientras que Apple se quedaba el 30% de la facturación a los que ofrecían sus publicaciones en iTunes, Google apostaba por quedarse solo con el 10%. Se apuntaron a la propuesta varios editores, entre ellos los alemanes Focus Online, Stern.de, Axel Springer, el francés Nouvel Observateur, el estadounidense Rust Communications y el grupo PRISA, editor de EL PAÍS.
La justificación fue que querían impulsar Google+, su nuevo intento para conquistar las redes sociales. La misma excusa para, solo dos meses después cancelar Wave y Buzz. De nuevo, estamos ante dos complementos al perfil de usuario de Google, tan necesitado de interactuar con amigos. Cerraron hace poco, pero al hablar de ellos da sensación de estar practicando “arqueología de la Red”. Buzz intentaba que los amigos se enviasen enlaces a una carpeta adicional, enriquecida con comentarios, entre sí. Wave era mucho más complejo: mapas, quedadas, grupos, chats, posibilidad de ver los cambios en un documento compartido... Justo es reconocer que Google+ ha heredado gran parte de su dinámica.
Tanta apertura y tanto cierre termina por pasar factura, al menos en cuanto a credibilidad y entusiasmo ante futuros lanzamientos. ¿Son los clientes sus conejillos de Indias? En Mountain View no parece preocuparles. En cada artículo del blog en que concretan alguna medida similar terminan con un tono entre el humor y la inocencia: “No nos da miedo intentarlo a lo grande. Y no vamos a cambiar. Vamos a seguir asumiendo riesgos cada vez que el uso de una tecnología nos parezca que puede traer beneficios. Pero para enfocar mejor los recursos, y cambiar el mundo y hacerlo más bonito, tenemos que tomar decisiones”.
Google pretende que se asuma como el precio del progreso: “Cambiar el mundo es cosa del futuro y, honestamente, estos productos ya son cosa del pasado”.


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