El rápido aumento del número de medusas en el Mediterráneo y el Mar Negro puede ser una de las causas del descenso en las poblaciones de peces observado en estos ecosistemas marinos, afirma la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Entre las soluciones que propone el organismo, se incluye hacer uso de esta especie gelatinosa como fuente de alimento. Tras recomendar la incorporación de insectos a la alimentación , ahora se decanta por las medusas.
En un informe divulgado hoy en Roma, la Comisión General de Pesca para el Mediterráneo, entidad que pertenece a la FAO, advierte de que las medusas "podrían ser la gota que colma el vaso" en el que puede convertirse en un "círculo vicioso" perjudicial para la fauna de estos dos mares. El texto, titulado "Estudio de la proliferación de medusas en el Mediterráneo y el mar Negro", indica que el aumento de forma repentina del número de estos celentéreos es fruto, entre otros motivos, de la sobrepesca, que elimina a los depredadores marinos.
Algunos expertos hablan ya de "un cambio de régimen global, de un océano de peces a otro de medusas", según recoge el informe, que apunta como causas de su mayor presencia el calentamiento global, la "eutrofización", que hace aumentar los nutrientes del agua, y el uso generalizado de diques para evitar la erosión costera y la gran cantidad de puertos turísticos, hábitat ideal para estos animales.
Pueden tener muchas utilidades
La FAO apunta como medida para prevenir las proliferación de esta especie en el mar, la inclusión de las medusas en la dieta. "Si no puedes luchar contra ellas... cómetelas", animan los expertos en el informe de la FAO publicado hoy en Roma, que recuerdan que en algunos países, como Japón y China, su consumo es algo habitual. Además apunta al desarrollo de prácticas de conservación y envasado para el consumo como una buena estrategia para aprovechar la abundancia repentina de este producto.
El informe recomienda también su uso para el desarrollo de nuevos medicamentos y otros productos biotecnológicos basados en moléculas activas, ya que algunas especies pueden contener sustancías químicas propicias para tales usos. La turritopsis nutricula, conocida como la medusa inmortal, es capaz de invertir el proceso de envejecimiento y podría ser objeto de estudios para elaborar productos regenerativos para los seres humanos que impidan el envejecimiento, según sugiere la agencia de la ONU.
"Las medusas son muy diversas. Se trata de una de las especies más antiguas entre los animales vivos y sus características básicas podrían ocultar potenciales importantes" recoge el texto del organismo vinculado a Naciones Unidas.
La FAO apunta también como medidas para prevenir la proliferación de medusas la creación de sistemas de alerta temprana, con barreras de protección para las granjas acuícolas, la reducción de la sobrepesca y de las emisiones de gases de efecto invernadero, así como la incorporación de estos celentéreos a la investigación pesquera.
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