Las editoriales dieron a Amazon.com un "ultimátum" para que les permitiera fijar los precios de los libros electrónicos vendidos en la página web, después de alcanzar un acuerdo en 2010 para vender también a través de Apple, testificó el un alto ejecutivo de Amazon.
La tienda pudo ser vetada para vender "e-books" en su lector Kindle el mismo día en que los libros en papel eran comercializados a no ser que el distribuidor aceptara sus condiciones, dijo Russell Grandinetti, vicepresidente de Amazon.com para contenidos Kindle.
Grandinetti testificó en el tercer día del juicio antimonopolio en la corte federal de Manhattan.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos presentó una demanda contra Apple y cinco grandes editoriales norteamericanas en abril de 2012, acusándolas de conspirar para acordar los precios de los libros electrónicos.
Las editoriales llegaron a un acuerdo antes del juicio para pagar un total de 164 millones de dólares para resolver las demandas paralelas presentadas por los fiscales de los estados que también se están presentado en el juicio.
Apple, que se convirtió en un competidor de Kindle cuando lanzó el iPad en 2010, no participó en ese acuerdo.
Amazon, que presentó el Kindle en 2007, controlaba más del 90 por ciento del mercado en 2009, según muestra el sumario del juicio. Vendía libros electrónicos recién estrenados y muy populares a 9,99 dólares, muchas veces por debajo de su costo.
La tienda cambió su modelo, pasando de la reventa al por mayor, donde fijaba los precios, a ser una agencia controlada por las editoriales, similar al modelo que Apple adoptó en 2010.
En el modelo de Apple, las editoriales pagan al distribuidor una comisión y pueden fijar precios de 12,99 dólares, 14,99 o más.
Grandinetti dijo que si Amazon pudiera, vendería los libros más baratos.
"Definitivamente, si alguien nos hubiera ofrecido revender, habríamos aceptado esa oferta", dijo.
El Departamento de Justicia ha tratado de retratar a Amazon en el juicio sin jurado como la víctima central de la presunta conspiración antimonopolio en medio de la desaprobación de las editoriales por los bajos precios que ofrecía a los consumidores por novedades y bestsellers.
Una cláusula en los contratos de Apple estipulaba que si otros minoristas vendían e-books por un precio más bajo, entonces los libros electrónicos de la plataforma de Apple tenían que comercializarse por la misma cantidad.
El Departamento de Justicia, que acusa a Apple de orquestar el plan para acordar los precios, sostiene que la cláusula de paridad de precios fue diseñada para obligar a las editoriales a que forzaran a Amazon a cambiar al modelo de agencia.
En el juicio, Grandinetti relató que en enero de 2010, Jon Sargent, consejero delegado de la editorial MacMillan, le ofreció elegir entre cambiarse al modelo de agencia o tener que retrasar las ventas de e-books hasta que los títulos en papel hubieran estado siete meses en el mercado.
"Creo que he expresado lo desagradable era la elección que nos presentaron", dijo.
Como consecuencia, Amazon retiró los libros de MacMillan de su tienda electrónica durante un tiempo debido a la dispuesta, hasta que finalmente se rindió y firmó un acuerdo por tres años aceptando el modelo de agencia, según Grandinetti.
"No queríamos perder la mayoría o todos sus libros de nuestra tienda", dijo.
Otras editoriales pronto quisieron cambiar también el modelo, pasos que Amazon interpretó como encaminados en parte a "frenar el éxito del Kindle", según Grandinetti. Amazon dijo varias veces a las editoriales que necesitaba reevaluar su relaciones comerciales, pero finalmente cambió al modelo de agencia.
"No estábamos preparados para firmar un contrato de la duración que fuera pues no sabíamos si seguiríamos siendo discriminados por estas editoriales", dijo.
Dos ejecutivos editoriales han testificado ya, ambos contando historias sobre las duras negociaciones que mantuvieron con Amazon tras su decisión de firmar con Apple.
También el miércoles, la directora de Simon & Schuster, Carolyn Reidy, testificó que después de que la CBS decidiera firmar el acuerdo de agencia con Apple, llamó a Amazon para decir que su empresa "querría cambiar las condiciones comerciales con ellos".
Hizo muchas llamadas a Grandinetti, quien según ella dijo inicialmente que "no estaba del todo sorprendido de oír eso". A la tercera llamada, "él amenazó nuestro negocio", dijo Reidy, citado por la agencia Reuters.
Las demás editoriales que llegaron a ese acuerdo son Penguin Group - de Pearson-, HarperCollins Publishers - de News Corp - y Hachette Book Group.
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