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2013/06/12

En China se construye un imperio imitando a Apple

China es famosa por sus imitaciones. Pero ahora llega una imitación de uno de los dioses del ingenio estadounidense: Steven P. Jobs .

En un país donde los productos como el iPhone se fabrican, pero rara vez se inventan, Lei Jun, empresario, multimillonario y acólito de Jobs, se posiciona a sí mismo y a su empresa como herederos figurativos de Jobs. Los medios de comunicación chinos le han dado a su compañía, Xiaomi, el apodo de la "Apple del Oriente".

El título es una exageración, en casi cualquier medida. Pero Lei sin embargo cultiva cuidadosamente una imagen Jobsiana aquí, hasta imitando sus jeans y camisas oscuras. Él también vende millones de teléfonos móviles que se parecen mucho a los iPhone. Los consumidores chinos, y los acaudalados inversores extranjeros, parecen ser creyentes.

Y sin embargo, el mayor creyente de Lei podría ser él mismo. Salta a los podios para presentar nuevos teléfonos móviles. Proclama cosas que pueden, para muchos, sonar descabelladas. Por ejemplo:

"Estamos haciendo que el teléfono móvil sea como la PC, y esta es una idea totalmente nueva", dijo Lei, el jefe ejecutivo de Xiaomi, durante una entrevista en el espacioso rascacielos donde la compañía tiene su sede. "Estamos haciendo cosas que otras empresas no han hecho antes".
Eso podría llegar a sorprender a Apple y a Samsung, los gigantes gemelos del mercado de teléfonos inteligentes. Pero Xiaomi (pronunciado yao-mii) vendió 2 mil millones de dólares en teléfonos móviles en China el año último. Se está convirtiendo en una fuerza en China, el mayor mercado de teléfonos móviles del mundo, y se espera que sus ingresos se dupliquen este año.

Lei, por su parte, apenas desalienta las comparaciones con Apple y Jobs. ¿Y por qué habría de hacerlo? Fundada por un grupo de ingenieros chinos hace tres años, su compañía vendió siete millones de teléfonos móviles el año último gracias a diseños que imitan la apariencia del iPhone y el uso de estrategias de marketing que parecen sacadas directamente de la guía de Apple.

No es de extrañar que los empresarios aspiren a crear una versión china de Apple. Muchos hablan de trasladar a China más allá del callejón sin salida del ensamblado para otras empresas .

Hasta ahora, sin embargo, los verdaderos innovadores han sido escasos. En el mejor de los casos, han adaptado la tecnología de otros para el mercado chino.

Lei ha atraído a los creyentes porque ninguna compañía en China ha tenido ingresos anuales que alcanzaran la marca de los mil millones más rápidamente que Xiaomi, ni siquiera Amazon, que tardó cinco años en lograrlo. Xiaomi lo hizo, al mismo tiempo obteniendo una ganancia.

Entre sus patrocinadores se encuentra Qiming Venture Partners, el brazo de capital de riesgo de Qualcomm y Digital Sky Technologies, una empresa de inversión dirigida por Yuri Milner, un temprano patrocinador de Facebook, Groupon y Zynga.

Xiaomi, que es una empresa privada, dice que una oferta pública de acciones está a años de distancia. Pero la empresa vale US$ 4 mil millones, según su última ronda de financiación, que tuvo lugar en junio pasado.

Si esa valoración se mantiene haría de Xiaomi una de las compañías tecnológicas más valiosas de China, detrás de Alibaba, Baidu, Tencent y Netease.

La compañía apunta a los jóvenes, con estudios universitarios, que desean tener un teléfono inteligente, pero que no pueden pagarlo; tal es el caso de Lu Da, un consultor en educación, de 26 años, en Shanghai.

"Elegí Xiaomi porque es buen valor por el dinero", señaló.
Los escépticos dicen que la empresa produce imitaciones del iPhone de bajo precio sin ventajas importantes en cuanto a software o hardware. También dicen que la empresa se enfrenta a grandes desafíos por parte de Apple y de Samsung, empresas que se encuentran en condiciones de ofrecer teléfonos inteligentes de bajo precio.

El poder de marketing de los grandes fabricantes de teléfonos locales como Lenovo, Huawei y HTC, de Taiwán, que en conjunto recientemente vendieron el 25 por ciento de todos los teléfonos inteligentes en China, no se puede descartar tampoco.

Sin importar si la empresa tiene éxito, su ascenso ha consolidado la reputación de Lei como genio de las compañías que recién se inician. Siendo en parte empresario y en parte inversor inicial, pasó más de una década en la compañía de software Kingsoft, de China, y la llevó hacia la oferta pública en 2007. (Sigue siendo presidente y tiene una participación de 300 millones de dólares.)

También invirtió en una serie de exitosas compañías de software e Internet, incluyendo YY, una plataforma social online que comenzó a cotizar en la bolsa de valores Nasdaq en Estados Unidos el año último y que tiene ahora un valor de alrededor de 1500 millones de dólares. Uno de los primeros éxitos de Lei llegó en 2004, cuando Amazon le pagó 75 millones de dólares para adquirir la empresa de comercio electrónico Joyo.com.

"Lei Jun es un empresario fenomenal", dijo Kai Fu-Lee, el ex ejecutivo de Google, que ahora dirige Innovation Works, una empresa con sede en Beijing que invierte en compañías que recién se inician en China. "Él es perspicaz respecto de las necesidades del usuario y de los mercados, y ahora tiene este increíble deseo de crear una marca popular en la tecnología".

Lei ha revelado poco sobre su vida personal, pero tiene casi cinco millones de seguidores en Sina Weibo, una especie de Twitter chino, y es tratado como una celebridad en los círculos tecnológicos.

Se crió cerca de Wuhan, una polvorienta ciudad industrial en el centro de China, y estudió ciencias informáticas en la Universidad de Wuhan. Fue en la universidad, en 1987, dice, que leyó un libro sobre Jobs, y decidió emularlo.

"Ese libro fue una gran influencia, y yo quería crear una compañía que fuera de primera clase", expresó Lei. "Así que hice un plan para terminar la universidad rápido".

Después de finalizar sus estudios en dos años, se unió a Kingsoft, una compañía china de software. Siendo un talentoso ingeniero con fuertes habilidades de marketing, escaló hacia la línea ejecutiva y fue nombrado jefe ejecutivo en 1998.

En Kingsoft también encontró tiempo para crear Joyo.com y ser un inversor ángel en docenas de otras compañías.

"Tiene la visión", dijo Liu Ren, un viejo amigo que dirige un fondo de inversión. "Ve las tendencias antes que los demás y siempre está listo para adaptarse. Por ejemplo, Joyo comenzó como una plataforma de descarga y en el principio YY sólo hacía suscripción RSS".

Con 41 millones de dólares en financiamiento inicial, Lei se asoció con un ex ingeniero de Google y Microsoft, Bin Lin, y con otros cinco ingenieros para hacer funcionar a Xiaomi en una pequeña oficina en las afueras de Beijing.

El trabajo comenzó en 2010 en una plataforma de software para el teléfono adaptada del sistema Android de Google. La compañía también buscó a muchos de los mismos proveedores y fabricantes contratados que trabajaban con Apple, como Qualcomm, Broadcom y Foxconn.

En agosto de 2011, Xiaomi presentó su primer teléfono inteligente, el Mi-1, que se agotó en dos días. El Mi-2 fue lanzado en agosto pasado, y se agotó tan rápidamente que algunos analistas afirmaron que Xiaomi estaba creando una escasez artificial para generar rumores mediante el uso de "marketing de escasez".

Para reducir los costos, la compañía cortó intermediarios y distribuidores, manejando ventas directas a través de su sitio web. El marketing no era sólo una innovación para China, dijo la compañía, sino que además le permitió a Xiaomi vender teléfonos inteligentes por sólo la mitad del precio del iPhone o de los teléfonos Samsung Galaxy.

Xiaomi también subcontrata en línea diseños y características de sus llamados Mi-Fans, y lanza una nueva versión del sistema operativo todos los viernes, con el fin de añadir nuevas características y mantener a los Mi-Fans entusiasmados.

"Por ser una compañía que recién se inicia, es bastante impresionante lo que han logrado", afirmó Sandy Shen, analista de la firma de investigación Gartner. "Pero la pregunta es: ¿cómo van a aumentar su cuota de mercado más allá del estrecho segmento al que han apuntado?"

Muchos analistas de tecnología e inversores en China dicen que la valoración de la empresa es una burbuja y que va a ser difícil para Xiaomi mantener su crecimiento.

Lei insiste en que su compañía podría vender más de 15 millones de teléfonos este año. Xiaomi (como Apple) también mira hacia el sector de la televisión.

Lei, mencionado en la lista de la revista Forbes como uno de los empresarios más ricos de China, con un valor de 1700 millones de dólares, ya ha contribuido a la creación de tres multimillonarias compañías que recién se inician en la última década. No es de extrañar, entonces, que se muestre tan confiado, incluso un poco arrogante.

"No somos sólo una compañía china barata que hace un teléfono barato", expresó. "Vamos a ser una compañía Fortune 500".

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