Estaba trabajando en la incorporación de chips Flash de 20 nanómetros
en sus unidades de estado sólido y el esfuerzo ha dado sus frutos.
Intel acaba de actualizar su línea de gama baja dirigida a reemplazar los discos duros de los ordenadores con el lanzamiento de la SSD 335, que cumple con los requisitos requeridos.
Como el resto de miembros de la serie 330, Ofrece hasta 500 MBps de lectura secuencial y una velocidad de escritura de 450 MBps, mientras que para leer y escribir de forma aleatoria ronda los 42k y los 52k IOPS, respectivamente.
Pero, además, lo hace con un consumo de energía mínimo. Su potencia activa ronda los 350 mW y la pasiva se queda en 275 mW, lo que conlleva unos ahorros de más del 40% en ambos casos respecto al rendimiento de las unidades predecesoras.
Utiliza un estándar de 2,5 pulgadas con 9,5 milímetros de espesor.
Recurre a la conectividad SATA de 6 Gbps, que viene con garantía de tres
años. El chip NAND alcanza los 64 GB de almacenamiento. Y la SSD llega
con una capacidad única de 240 GB.
“La Intel SSD 335 utiliza tecnología de células Hi-K/metal, que
supera las limitaciones del proceso de escala NAND entregando la célula
NAND más pequeña de la industria”, comenta
Rob Crooke, vicepresidente de Intel y responsable del grupo de
soluciones para memorias no volátiles. “Empujando las restricciones
tecnológicas y usando la innovación en los procesos, Intel puede
continuar progresando con la tecnología SSD y ofrecerle ahorros a
nuestros clientes”.
De momento el gigante de Santa Clara no ha ofrecido ningún precio de partida inicial, aunque extraoficialmente se habla de 210 dólares.
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