Visa entra de lleno en el pago digital

La cartera tiene sus días contados. Al menos, como la conocemos hoy día. El avance de la digitalización es imparable y ha llegado también al dinero. En un futuro muy próximo, las carteras ya no serán un objeto en el que guardar billetes, monedas y tarjetas para ir al supermercado o a la tienda de ropa, sino que Internet se convertirá en una gran caja fuerte desde donde se podrá hacer la compra. Los monederos tradicionales empiezan a dar paso a los electrónicos, que permiten realizar pagos online a través de ordenadores, tabletas o móviles que incorporan la tecnología necesaria.
Tras la puesta en marcha de los pagos sin contacto, Visa presenta ahora una nueva cartera digital para comprar online: V.me by Visa. El sistema, similar a Google Wallet —que hasta ahora solo se puede utilizar en EE UU—, pretende eliminar las transacciones físicas de dinero para que los usuarios entren de lleno en el mundo digital. “Habrá que olvidarse de las anteriores formas de pago, ya sea con dinero en efectivo, cheques… El cambio digital es el futuro”, asegura el responsable de desarrollo del producto V.me de Visa, Mark Giffin.
La seguridad es una de las obsesiones a la hora de poner en marcha el nuevo sistema electrónico. El usuario podrá acceder desde cualquier punto con conexión a Internet y realizar el pago de cualquier compra en la Red mediante la introducción de una dirección de correo electrónico y una contraseña. “Este tipo de pago es más seguro que cualquier otro”, señala Giffin. El portal de Visa permitirá registrar hasta 10 tarjetas de crédito o débito diferentes (no tendrán que pertenecer necesariamente a la compañía). Una vez que el consumidor introduzca los datos, ya quedarán registrados para los diferentes pagos que desee realizar y podrá elegir qué tarjeta utiliza en cada caso.
España, Francia y Reino Unido son los países elegidos para iniciar el proyecto piloto de esta página de pagos en línea. La experiencia arrancará a finales de este año con un máximo de 5.000 usuarios que ensayarán las compras por medio de la nueva cartera digital. Uno de los objetivos es que este monedero electrónico se haga extensible al resto de países de Europa a lo largo de 2013.
Para poner en marcha el proyecto, Visa ha iniciado una ronda de contactos con diferentes entidades españolas, aunque desde la empresa no especifican todavía cuáles son. Una vez que sea posible cargar los datos de las tarjetas en Internet, los usuarios podrán efectuar sus pagos a través de la página de V.me, desde la web del banco del que sean clientes o bien en el mismo sitio en el que estén realizando las compras, siempre que la empresa tenga un acuerdo con Visa. Una pestaña con el símbolo del portal V.me avisará al consumidor de la posibilidad de utilizar su cartera digital.
Los incipientes monederos online están precedidos por la proliferación de los pagos sin contacto (a través de tarjetas o dispositivos móviles) durante los últimos meses. En Europa hay más de 40 millones de tarjetas de este tipo y se espera que el número ascienda a 50 millones en diciembre. Visa empezó con el sistema denominado contactless en España el año pasado, aunque en 2010 había realizado una pequeña prueba piloto en Sitges (Barcelona). “El número de tarjetas para pagar sin contacto se ha desarrollado en España de forma sustancial durante los últimos años. A finales de 2011 había 100.000, hoy superan el millón y se espera que haya dos millones y medio en diciembre. El uso de los teléfonos smartphone también se está extendiendo”, explica Andrea Fiorentino, vicepresidente de pago con móvil en el sur de Europa de Visa.
Bien por medio del pago online, bien por medio de la tecnología incorporada al móvil para las compras sin contacto, parece que nuestros teléfonos se convertirán en el principal medio de pago del futuro. Desde Visa, las previsiones apuntan a que la mitad de las transacciones en 2020 se realizará con los teléfonos en Europa. Aunque la desaparición de billetes y monedas parece todavía lejano, los avances en materia digital se empeñan en dejarnos claro que los pagos con dinero contante y sonante se extinguirán antes de lo que pensábamos.