La salida al mercado del iPhone5 en todo el mundo ha
marcado unas cifras récord, pero ha ido acompañada de la polémica en
China. El nuevo teléfono móvil aun no ha llegado al gigante asiático
pero a Foxconn, la empresa que se encarga de montar los productos de Apple en el sur de China,
le han llovido las críticas por hacer trabajar a miles de estudiantes
en las cadenas de montaje para poder cumplir los plazos previstos y
llegar a tiempos a los puntos de venta.
Los reproches al gigante
taiwanés que, con sus 1,2 millones de trabajadores, se encarga de montar
los productos de Apple en un tiempo récord y unos precios imbatibles,
se produjeron después de que varios estudiantes de formación profesional
denunciaron que habían sido obligados por sus profesores a trabajar
como becarios en la fábrica de Foxconn. Algunos añadieron que les habían
advertido que si se negaban a ello podrían ser suspendidos y ver
bloqueada la graduación.
Mandar a los estudiantes a una cadena de
montaje de una fábrica no es un asunto nuevo ni aislado en China. Se
trata de una alternativa eficaz favorecida por un vacío legal en el
código laboral. Esta situación permite a las empresas emplear sin
contrato a jóvenes de entre 16 y 22 años por menos de 200 euros
mensuales, con turnos más largos y en condiciones más precarias que el
resto de trabajadores. Una posibilidad que Foxconn habría aprovechado
ahora para poder cumplir las exigencias de un calendario apretado para
presentar el nuevo iPhone5.
El tema lo destaparon los medios de
comunicación locales, al informar que estudiantes de varias escuelas de
formación profesional de la ciudad de Huai'an, en la provincia oriental
de Jiangsu, habían sido requeridos para ir a trabajar a las cadenas de
montaje de Foxconn, para aliviar la escasez de trabajadores. Según un
estudiante llamado Song, además de los alumnos de formación profesional,
también participaron los de Ciencias de la Alimentación y de Finanzas,
así como los de Derecho y los de Inglés y Gestión empresarial. La
incorporación de estudiantes empezó el 30 de agosto y su salario era de
1.550 yuanes (190 euros) mensuales para trabajar doce horas diarias,
seis días a la semana, con la obligación de hacer horas extras si no
terminaban la tarea del día a tiempo.
Las quejas de los
estudiantes fueron rebatidas por un profesor de la Escuela de Tecnología
de la Información de Huai'an, llamado Tao, que defendió estas
prácticas. Según China Daily, Tao señaló que se trata de una oportunidad
para que los alumnos experimenten la vida real. "Así sabrán lo duro que
resulta trabajar y más adelante apreciarán sus futuros puestos de
trabajo", dijo el profesor.
Representantes de la empresa Foxconn
admitieron la presencia de estudiantes en las líneas de producción, pero
subrayaron que estos eran libres de abandonar el trabajo cuando
quisieran. Y que los estudiantes sólo representaban el 2,7% de su
plantilla de 1,2 millones de trabajadores en China, lo que supone unos
32.000 alumnos. La empresa taiwanesa señaló, asimismo, que las escuelas
reclutaban a los alumnos bajo la supervisión de las autoridades locales
para realizar periodos de practicas de entre uno y seis meses.
Tras
conocerse el caso, las autoridades de Huai'an advirtieron que los
centros de formación profesional debían seguir las normas establecidas y
que cualquier violación, como las prácticas de Foxconn, debían cesar
inmediatamente. Pero el iPhone5 ya ha llegado a las tiendas en la fecha
prevista.
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