Los ingenieros del sistema operativo Android
deberían fijarse bien en todas las novedades que Samsung ha introducido
en su nuevo teléfono emblemátic, el Galaxy S III, que representa un
salto en la forma en que se utilizan los dispositivos con este sistema
operativo de Google. Por primera vez, la compañía
coreana ha dejado de centrarse sólo en el hardware y ha puesto su
atención (también) en el software.
El Samsung Galaxy S III ya es un teléfono mayúsculo
sólo por su hardware. Está muy bien acabado, tiene una gran pantalla
excelente, una cámara de 8 megapíxeles de gran calidad y, en general, es
un lujo de teléfono, pero si algo lo distingue de cualquier otro, es
que el Android de este móvil es mucho más que Android.
La compañía coreana ha puesto un verdadero empeño en hacer de este
teléfono un terminal muy intuitivo. Por ejemplo, si se recibe una
llamada durante una reunión o cualquier otro momento en que no se puede
atender, basta con girar la pantalla hacia abajo, para rechazarla. La
próxima vez que el usuario coja el teléfono, una sencilla vibración le
recordará que tiene una llamada pendiente. Todo natural. Otra
muestra:cuando se escribe un mensaje, si el usuario se lleva el teléfono
a la oreja, el Galaxy S III hará una llamada de forma automática al
contacto al que se escribía. Todo con un simple movimiento natural.
Si el Galaxy S II fue un boom para Samsung, su sucesor tiene mimbres
para convertirse en superestrella del universo de los móviles. Tiene una
pantalla muy grande, una Super Amoled de 4,8 pulgadas, con una gran
resolución, de 1.280 x 720 píxeles, con una densidad de 306 puntos por
pulgada, suficiente para que el ojo humano no pueda distinguirlos a
simple vista. Su cámara, que dispara sin retardo, puede efectuar ráfagas
de hasta 20 fotos seguidas y es capaz de seleccionar la mejor
fotografía de una serie de ocho. Mover tal apartado gráfico precisa de
un procesador de cuatro núcleos a 1,4 Mhz y un procesador gráfico
también de cuatro núcleos, además de una batería de gran capacidad. Las
pruebas de uso intenso dan sobre un día y medio dos días para cada
recarga.
Otra de las novedades del Galaxy S III es S Voice, un asistente de
voz que atiende órdenes naturales como el Siri de Apple en el iPhone 4S,
aunque a diferencia de éste ya sale en castellano. Quizás es menos
sofisticado que el de Apple, y no da respuestas socarronas, pero
funciona de una forma práctica. Es su primera versión y, por tanto,
tiene margen de mejora. Más software: este teléfono vigila de forma
constante si el usuario mira a la pantalla. En el caso de que se
desatienda el teléfono por un periodo determinado de tiempo (que el
usuario puede configurar) se desconecta solo.
El catálogo de novedades del nuevo icono de Samsung es inacabable.
Lleva Android 4.0 Ice Cream Sandwich, pero lo supera en mucho con el
software propio. Lo mejor de todo es que, siendo una primera versión de
este software amigable, a Samsung le ha quedado un producto redondo.
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