En 2030, la demanda global de alimentos habrá aumentado un 50%, la de energía un 45% y la de agua un 30%.
La gran pregunta es cómo responderá la economía mundial a estas exigencias sin precedentes en la historia de la humanidad.Ésa es la meta clave que debe concentrar desde ya la mente y la energía de gobiernos y organismos internacionales, según un informe divulgado este lunes por el Panel de Alto Nivel sobre Sostenibilidad Global.
El grupo de expertos y funcionarios, que incluye a la actual ministra de Medio de Ambiente de Brasil, Isabella Teixeira, y a la ex secretaria de Medio Ambiente de México, Julia Carabias, fue designado por el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
El panel señala que los actuales patrones de consumo, fundamentalmente en Occidente, no son sostenibles y es hora de cambiar la dirección de la economía.
La salud y la educación deben mejorar, los subsidios a los combustibles fósiles deben cesar y los gobiernos deben considerar otros indicadores económicos, además del Producto Bruto Interno, advierte el panel.
El actual modelo económico, "nos está empujando en forma inexorable hacia los límites de los recursos naturales y los sistemas ecológicos que hacen posible la vida a nivel planetario", señala el informe.
El panel recomienda más de 50 medidas que deben ponerse en práctica y advierte que la actual crisis financiera "fue causada en parte por reglas de mercado que alientan la mentalidad cortoplazista y no premian las inversiones sostenibles".
Desigualdad
"Nuestro informe deja en claro que el desarrollo sostenible es más importante que nunca dadas las múltiples crisis que afectan actualmente al mundo", señaló durante el lanzamiento del informe en Addis Ababa el presidente de Sudáfrica Jacob Zuma, quien copreside el panel junto a la mandataria de Finlandia, Tarja Hanonen.
Uno de los temas centrales del informe es la necesidad de mejorar los niveles de equidad. El documento señala que si bien los índices de pobreza a nivel global han disminuido, tanto el número de personas con hambre como la desigualdad en la distribución de la riqueza han aumentado.
El acceso a agua potable ha mejorado, pero al menos 2.600 millones de personas en el mundo carecen de sistemas de sanidad aceptables.
Las mujeres, por otra parte, siguen siendo "frecuentemente excluidas" de las oportunidades a nivel económico.
"Eradicar la pobreza y mejorar la equidad deben ser prioridades a nivel mundial", señaló Tarja Halonen, quien recalcó especialmente la "necesidad de reducir la creciente brecha entre los grupos de menor y mayor ingreso".
Los gobiernos deben incluir en el precio de los bienes el verdadero costo ambiental de producirlos, lo que llevaría a un sistema económico que "protege los recursos naturales", señala el documento.
Todos los productos deben llevar en sus etiquetas información sobre su impacto ambiental, para hacer posible que los consumidores tomen decisiones basadas en datos reales.
Con el apoyo de la ONU, los gobiernos deben elaborar indicadores de rendimiento económico que van más allá del Producto Bruto Interno y miden la sostenibilidad del sistema económico.
El informe también recomienda que los gobiernos cambien la regulación del mercado financiero para promover inversiones más estables y sostenibles.
Y los subsidios que tienen un efecto prejudicial en el medio ambiente deben ser gradualmente eliminados, según el documento.
La ONU estima que los gobiernos gastan a nivel global más de US$400 mil millones cada año en subsidiar los combustibles fósiles. Y estima que sólo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, destina un monto similar a subsidios agrícolas.
El panel señala que deben establecerse nuevas metas para el acceso universal a la energía sostenible para 2030 y a internet de banda ancha en 2025.
También afirma que debe establecerse un "fondo global para educación", que permita cumplir las actuales Metas de Desarrollo del Milenio de lograr acceso universal a la educación primaria en 2015 y a la educación secundaria en 2030.
Esta y otras metas deben incorporarse en un nuevo conjunto de Metas de Desarrollo Sostenible en los próximos años, señala el panel.
Muchos de los objetivos y medidas recomendadas coinciden con las incluidas en un borrador de la ONU para Rio+20, la conferencia sobre desarrollo sostenible que tendrá lugar en junio dos décadas después de la Cumbre de la Tierra de 1992.
El informe divulgado en aquella época contiene una de las definiciones más conocidas de desarrollo sostenible como "desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades".
Veinticinco años después, el nuevo informe concluye que si bien ha habido progreso en varios campos, como la reducción de la pobreza, el modelo de desarrollo actual dista de ser sostenible.
"Este informe es divulgado en un momento de volatilidad económica global e incertidumbre", señala el documento.
"Las economías están frágiles, la desigualdad está creciendo y la temperatura global del planeta sigue aumentando. Estamos poniendo a prueba la capacidad del planeta".
Para afrontar la crisis actual, concluye el informe, "necesitamos un cambio dramático, comenzando por modificar la forma en que pensamos sobre las generaciones futuras y los ecosistemas que hacen posible nuestra vida".
Uno de los temas centrales del informe es la necesidad de mejorar los niveles de equidad. El documento señala que si bien los índices de pobreza a nivel global han disminuido, tanto el número de personas con hambre como la desigualdad en la distribución de la riqueza han aumentado.
El acceso a agua potable ha mejorado, pero al menos 2.600 millones de personas en el mundo carecen de sistemas de sanidad aceptables.
Las mujeres, por otra parte, siguen siendo "frecuentemente excluidas" de las oportunidades a nivel económico.
"Eradicar la pobreza y mejorar la equidad deben ser prioridades a nivel mundial", señaló Tarja Halonen, quien recalcó especialmente la "necesidad de reducir la creciente brecha entre los grupos de menor y mayor ingreso".
Fin a los subsidios
El informe, titulado "Personas con resistencia, planeta con resistencia: un futuro que valga la pena elegir", incluye 56 recomendaciones concretas que de ser implementadas, tendrían implicaciones profundas para todos.Los gobiernos deben incluir en el precio de los bienes el verdadero costo ambiental de producirlos, lo que llevaría a un sistema económico que "protege los recursos naturales", señala el documento.
Todos los productos deben llevar en sus etiquetas información sobre su impacto ambiental, para hacer posible que los consumidores tomen decisiones basadas en datos reales.
Con el apoyo de la ONU, los gobiernos deben elaborar indicadores de rendimiento económico que van más allá del Producto Bruto Interno y miden la sostenibilidad del sistema económico.
El informe también recomienda que los gobiernos cambien la regulación del mercado financiero para promover inversiones más estables y sostenibles.
Y los subsidios que tienen un efecto prejudicial en el medio ambiente deben ser gradualmente eliminados, según el documento.
La ONU estima que los gobiernos gastan a nivel global más de US$400 mil millones cada año en subsidiar los combustibles fósiles. Y estima que sólo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, destina un monto similar a subsidios agrícolas.
El panel señala que deben establecerse nuevas metas para el acceso universal a la energía sostenible para 2030 y a internet de banda ancha en 2025.
También afirma que debe establecerse un "fondo global para educación", que permita cumplir las actuales Metas de Desarrollo del Milenio de lograr acceso universal a la educación primaria en 2015 y a la educación secundaria en 2030.
Esta y otras metas deben incorporarse en un nuevo conjunto de Metas de Desarrollo Sostenible en los próximos años, señala el panel.
Muchos de los objetivos y medidas recomendadas coinciden con las incluidas en un borrador de la ONU para Rio+20, la conferencia sobre desarrollo sostenible que tendrá lugar en junio dos décadas después de la Cumbre de la Tierra de 1992.
Generaciones futuras
El panel de alto nivel incluye a Gro Harlem Brundtland, la ex primera ministra de Noruega que presidió la llamada Comisión Brundtland en 1987.El informe divulgado en aquella época contiene una de las definiciones más conocidas de desarrollo sostenible como "desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades".
Veinticinco años después, el nuevo informe concluye que si bien ha habido progreso en varios campos, como la reducción de la pobreza, el modelo de desarrollo actual dista de ser sostenible.
"Este informe es divulgado en un momento de volatilidad económica global e incertidumbre", señala el documento.
"Las economías están frágiles, la desigualdad está creciendo y la temperatura global del planeta sigue aumentando. Estamos poniendo a prueba la capacidad del planeta".
Para afrontar la crisis actual, concluye el informe, "necesitamos un cambio dramático, comenzando por modificar la forma en que pensamos sobre las generaciones futuras y los ecosistemas que hacen posible nuestra vida".
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