Y es que muchas empresas han desarrollado productos derivados de tecnologías que han tenido sus orígenes en la industria aeroespacial y de las que se están beneficiando los consumidores, la mayoría de ellos sin saberlo. Con motivo de la celebración del 35 aniversario del anuario Spinoff de la NASA, la revista ha hecho una recopilación de productos derivados de tecnologías desarrolladas por la agencia espacial.
A lo largo de su historia, Spinoff ha documentado 1.750 ejemplos de productos derivados de tecnologías de la NASA que no sólo han mejorado la vida de las personas, sino que han creado empleos y generado beneficios económicos para las empresas que los han comercializado. La NASA no fabrica ni comercializa directamente estos productos, pero muchas empresas públicas y privadas adoptan estas tecnologías de la agencia espacial para desarrollar productos comerciales en áreas como la medicina, el transporte, la seguridad, la energía, el medio ambiente, la tecnología de la información y la producción industrial.
Por ejemplo, muchas de las tecnologías que ha desarrollado la NASA se han utilizado para mejorar la seguridad de aviones civiles y militares, fabricar detectores de calidad del aire más eficientes, sistemas de tratamiento de agua o instrumental de alta precisión para el tratamiento de enfermedades.
"Mientras buscamos formas de suministrar agua limpia y energía a los astronautas para una próxima misión en Marte, también buscamos formas de facilitar esos recursos tan necesarios a las comunidades aquí en la Tierra", explica en el anuario Joseph Parrish, responsable de tecnologías de la NASA. "Mientras exploramos nuevas formas de ofrecer cuidados médicos al personal de la estación espacial, también exploramos nuevos métodos para diagnosticar los problemas de salud de personas en la Tierra que viven a cientos de kilómetros del médico o del hospital más cercano", añade Parrish.
Desde los inicios de la NASA, las tecnologías desarrolladas para llevar a cabo sus misiones han tenido aplicaciones prácticas en otros terrenos. Por ejemplo, el lanzamiento en abril de 1981 del primer transbordador espacial marcó no sólo una nueva era en la exploración espacial, sino que fue el embrión de una serie de innovaciones: desde la utilización de células de combustible como fuente de energía hasta sistemas de tratamiento de agua más eficaces para la tripulación de los cohetes espaciales.
En 1990 el Discovery puso en órbita el telescopio espacial Hubble, un proyecto de la NASA y la Agencia Espacial Europea que ha permitido explorar el universo de una forma que no había sido posible hasta entonces y obtener imágenes de alta calidad de planetas, estrellas y galaxias. En los 30 años que ha durado el programa espacial de transbordadores, la NASA ha llevado a cabo 135 misiones. Su avanzada tecnología ha servido de embrión para al menos 120 productos. Y todavía hay terreno para más innovaciones.
"Todavía somos líderes en exploración espacial", aseguró el presidente Barack Obama en julio de 2011 en un encuentro con usuarios de Twitter. "El transbordador hizo un extraordinario trabajo en la órbita baja terrestre. Pero lo que ahora necesitamos es el próximo avance tecnológico. Vamos a invertir en investigación básica sobre nuevas tecnologías que nos puedan llevar a lugares de forma más rápida y que permitan que los vuelos espaciales humanos duren más tiempo", añadió.
Robots humanoides
La Estación Espacial Internacional (ISS, en sus siglas en inglés) también ha servido de plataforma para la creación de nuevos productos. En agosto de 2011, llegó a este laboratorio un pasajero muy especial, el androide Robonaut 2, el primer robot humanoide que ha viajado al espacio. R2, como se le conoce, fue desarrollado por la NASA y General Motors con el objetivo de crear un robot que pudiera realizar tareas en el espacio que podrían ser peligrosas para el ser humano. Ahora General Motors quiere utilizar ese robot en las pruebas para mejorar la seguridad de los coches que fabrica.Los investigadores y científicos que trabajan en la Estación Espacial Internacional han realizado más de 550 experimentos, que permitirán lograr avances en la lucha contra enfermedades y desarrollar nuevos materiales que puedan ser utilizados en el espacio y en la Tierra.
Spinoff también destaca en su ultimo número algunos de los productos derivados de tecnologías de la NASA que han servido para salvar vidas, reducir costes para las empresas y sus clientes, crear empleos y aumentar el beneficio de las compañías que los fabrican. Por ejemplo, la empresa estadounidense MicroMed Cardiovascular ha diseñado un dispositivo para asistencia ventricular (VAD, en sus siglas en inglés) basado en tecnología de la agencia espacial. Esta bomba mécanica ayuda a un corazón demasiado débil a bombear sangre al cuerpo. Esto ayuda al paciente a sobrevivir hasta que le puedan realizar un trasplante de corazón. Este dispositivo ha salvado la vida de al menos 450 personas, según datos de la revista de la NASA. Y el fabricante Givens Marine Survival vende balsas salvavidas basadas en un diseño de la NASA originalmente realizado para el programa Apolo. Estas balsas han salvado la vida de al menos 400 marineros.
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