El 7 de febrero no era un día especial. Pero, en Barcelona, coincidían el Barcelona Internet Startups y la 23a edición del Foro de Capital Riesgo organizado por ESADE Alumni. El objetivo de ambos: que las buenas ideas puedan materializarse y convertirse en negocio.
Han habido más desde entonces. El día 11, Lasalle acogía el Leancamp, un evento basado en el concepto de Lean Startup, desarrollado por Eric Ries, que como explica Jan Brinckmann, profesor del Departamento de Política de Empresa de ESADE y ponente de la jornada, propone “centrarse en lo que realmente importa desde el punto de vista del consumidor y salir rápido al mercado”. ¿Quién dijo miedo?
Y el próximo día 24, se celebra otro acontecimiento de título significativo: Silicon Valley comes to Barcelona (Silicon Valley viene a Barcelona), organizado por la Unión de Estudiantes Emprendedores de España -cuyos fundadores son los recién graduados Marc Sanz López y Aida Martínez Prieto-, en el que se debatirá cómo se construye un ecosistema empresarial y cuáles son las claves del éxito de una startup.
Diferentes propuestas y apuestas para moverse y salir de la espiral crisis. Para emprender, lo que no implica necesariamente convertirse en el próximo Facebook. O sí. Lo que está claro, para Brinckmann, es que “contrariamente a lo que se dice, es tiempo de oportunidades”.
Pero, ¿es posible replicar el modelo Silicon Valley en la Ciudad Condal? El profesor de ESADE asegura que Barcelona tiene mucho a su favor, como “el nivel cultural, la mezcla de nacionalidades, los salarios relativamente razonables y un entorno atractivo. Pero le falta “concentrarse en conseguir que vengan empresas tecnológicas grandes y cultivar el terreno del capital riesgo”.
Para Pedro da Cruz, coorganizador del Barcelona Internet Startups, que nació hace más de un año de la mano del inversor canadiense Jeff Robinson, ofrecer a los potenciales emprendedores la posibilidad de encontrarse para compartir ideas y problemas es el primer paso para conseguirlo. En este caso, además, es gratuito.
Da Cruz afirma ser consciente de que existen múltiples herramientas en internet que permiten resolver dudas o incluso encontrar financiación, como el crowdfunding (financiación colectiva) o las redes sociales especializadas, pero defiende que el cara a cara “permite escuchar” y “es más dinámico”.
También conoce las ayudas públicas a la iniciativa emprendedora. “Es bueno tenerlas”, subraya, aunque “algunas no se promocionan lo suficiente”. “Y no hablo sólo de dinero. Ayudar también significa aportar conocimiento técnico o mentoring”, añade. Brinckmann señala en este sentido que “muchas veces, las instituciones públicas dan apoyo a estos eventos”, que son definitivamente “inspiradores”. “Crean un potente y atractivo ecosistema que permite a mucha gente poner en marcha su empresa”, concluye.
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