El político británico y laborista Keith Vaz, que semanas atrás criticó con dureza a Modern Warfare 3 por las escenas de caos y destrucción en Londres, ha solicitado al Parlamento la celebración de un debate que analice los efectos negativos y nocivos de los videojuegos sobre la población.
"No se trata de censura, sino de proteger a nuestros niños", comentó en una sesión parlamentaria reciente. Vaz cree que con la llegada de la Navidad, momento álgido de compras de videojuegos, es el tiempo oportuno para someter a debate la idoneidad de ciertos productos en la industria del ocio digital.
El organismo político británico no se cierra en banda a este posible debate solicitado por Vaz, que lleva años manteniendo una cruzada personal en contra de los videojuegos de corte maduro. George Young, responsable de la entidad, emplaza a Vaz a la sesión plenaria de preguntas al gobierno del 12 de diciembre para que enfoque su petición.
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