Vivimos en un mundo cada vez más complejo y apasionante, un mundo en permanente cambio y movimiento. Hoy tenemos la posibilidad de amanecer en Nueva York y mañana en París, al día siguiente en Amsterdam y pocos días después en Beijing. Hemos logrado algo increíble: durante siglos la mayoría de las personas pasaban toda su vida en el mismo lugar, aquellos que abandonaban su ciudad de origen eran considerados locos o aventureros. En la actualidad somos cada vez más los que elegimos movernos, los que optamos por viajar y, en apenas horas, podemos llegar a destinos que antes nos hubiera llevado días alcanzar.
Sin embargo, como en toda revolución, también existen lados negativos. Somos seres afectivos, tejemos lazos con otras personas que necesitamos mantener vivos. Nos movemos por el mundo dejando atrás amigos, familiares, compañeros, gente a la que extrañamos y con la que deseamos poder seguir compartiendo nuestras vidas. Por suerte, cada vez contamos con más soluciones para enfrentar este problema. La revolución de las telecomunicaciones y, fundamentalmente, internet, nos brindan una gran cantidad de herramientas que nos permiten comunicarnos con quien queramos, sin importar el lugar del globo en el que estemos.
Hasta hace algunas décadas hacer llamadas de larga distancia era casi un calvario. Teníamos que comunicarnos con una operadora y, después de un buen rato de espera, si éramos afortunados podíamos escuchar la voz de la persona querida. Pero ahora podemos hablar con quien deseemos de manera directa, con calidad óptima y a precios accesibles. Herramientas como Voxofon.com nos permiten crear un número local de cualquier lugar del planeta para que, por ejemplo, si estamos en Barcelona nuestros familiares de Argentina puedan llamarnos pagando el costo de una llamada local.
Los smartphones cambiaron radicalmente la forma en la que nos comunicamos. Con sólo descargar una aplicación podemos tener en nuestra mano la posibilidad de ponernos en contacto, en apenas segundos, con una persona ubicada a miles de kilómetros de distancia.
En la actualidad ya no necesitamos estar en la misma ciudad ni en la misma habitación para sentirnos cerca de alguien. Las nuevas tecnologías de comunicación nos han permitido acortar distancias que parecían infinitas. Gracias a las herramientas que nos brinda la web hemos podido construir nuevas vías para comunicarnos, nuevas formas de compartir, una nueva manera de vivir los vínculos humanos. Sí, podemos estar a miles de kilómetros de distancia, pero también podemos sentirnos cerca.
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