Ríanse de la rica idiosincrasia autonómica española. La legislación sobre el uso de los móviles en vehículos llega a niveles infinitos en los estados de la Unión, o sea Estados Unidos de Norteamérica. En unos se permite todo, entiéndase por tal, escribir SMS mientras se conduce (el argumento de esos legisladores es que entonces también se debería prohibir ponerse rímel) en otros se prohíbe incluso el manos libres. Y entre medio, según qué y según cómo. Es decir, que el conductor de un autobús escolar puede, en unos estados sí y en otros no, escribir si no hay pasajeros delante, o si el conductor tiene más de 18 años (¿escriben más rápido?) o si el uso telefónico no ha acarreado otras infracciones.
La asociación de Seguridad Vial de EE UU GHSA agrupa estado por estado la riqueza legislativa en ese campo, que llega a ser kafkiana en estados como Arkansas, donde escribir mensajes tiene la categoría de segunda infracción, es decir que para multar al conductor por ese motivo antes tiene que haber cometido otra de primer nivel, por ejemplo superar el límite de velocidad.
Ahora la Oficina Nacional para la Seguridad del Transporte (NTSB) propone una legislación federal, sin discriminación de estados, en que se prohíba el uso de aparatos electrónicos mientras se conduce, sin excepciones. Incluso plantea la prohibición del manos libres. Esta agencia calcula en 3.000 las muertes anuales por distracciones mientras se conduce, aunque no siempre la culpa es del teléfono. Otras sí, como el caso del maquinista de un tren en California, que se saltó un semáforo en rojo por practicar el texting. Resultado: 25 muertos. Según los datos de la NTSB, al hablar por teléfono conduciendo se pierde el 50% de la información de la carretera y se tienen cuatro veces más de posibilidades de acabar en el hospital.
"Sin hablar, sin escribir, sin actualizar; está en juego una vida", explica Deborah Hersman, directora de la oficina. "Es hora de que apaguemos los aparatos electrónicos mientras conducimos". La única excepción serán los que facilitan la conducción, como el GPS.
La iniciativa de la NTSB, que también se ocupa de los accidentes aéreos, llega poco después de que las autoridades del transporte aéreo hayan dado el visto bueno para que los pilotos utilicen en vuelo el iPad, aunque a la vez ha mantenido la prohibición de su uso por parte del pasaje.
La idea de la NTSB, aparte de chocar con las atribuciones legislativas de cada estado, contrasta con la política de los fabricantes de automóviles que cada vez incorporan a sus modelos más pantallas y más grandes, y conectadas a Internet.
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