La prestigiosa revista «Time» ha elegido como persona del año 2011 al «indignado», tras doce meses de intensas movilizaciones que han dado lugar a la Primavera Árabe, el fin de dictadores como el tunecino Ben Alí, el egipcio Hosni Mubarak o el libio Muamar al Gadafi. Protestas que se han extendido a países europeos, entre ellos España, y también a Estados Unidos y Rusia.
Así, los manifestantes sustituyen al creador de Facebook, Mark Zuckerberg, elegido en 2010 como la persona más relevante. Otros años han sido elegidos presidentes como Barack Obama, Bill Clinton o John F. Kennedy o figuras históricas como Franklin D. Roosevelt, Winston Churchill e incluso Joseph Stalin o Adolf Hitler.
Después de décadas de manifestaciones, en los sesenta por los derechos civiles y contra la guerra de Irak, en los setenta en Irán y Portugal, en los ochenta contra las armas nucleares, señala «Time», llegó lo que Fukuyama nombró «el fin de la historia». Había triunfado el liberalismo occidental. Pero dos décadas después, en las que las grandes movilizaciones han sido una rara excepción, «el manifestante, una vez más, se ha convertido en el fabricante de la historia».
Comenzaron en Túnez, cuando un vendedor llamado Mohamed Bouazizi se quemó a lo bonzo. Nadie imaginaba lo que estaba por venir. El pueblo tunecino se echó a la calle y cayó Ben alí. Después le llegó el turno a Egipto, con la caída de Mubarak. Y luego Gadafi, en Libia. Y Saleh en Yemen.
Entretanto, las muestras de indignación saltaron al continente europeo con el «movimiento 15-M» en España. Precisamente, «Time» ha entrevistado a dos españoles en su reportaje principal. Se trata de Carmen Rodríguez, una joven de 30 años y Olmo Gálvez, de 31.
Carmen Rodríguez, nacida en Orense, asegura que cuando se manifestó por vez primera en Sol había unas 300 personas, pero era consciente de que «algo iba a pasar». «Adoraba volver a casa cada día completamente exhausta, pero sin parar de hablar sobre todas las nuevas ideas. Estábamos hambrientos de hablar», asegura.
Olmo Gálvez afirma que, harto de la falta de oportunidades, se marchó a trabajar a China tres años. Cuando regresó, en 2010, la situación era aún peor. Fue a la primera manifestación en abril y decidió que debía colaborar. «Era maravilloso ver a la gente convertirse en actores de su propia vida», declara.
La revista recuerda también los movimientos en otros países europeos como Grecia o Reino Unido, que se han extendido en los últimos meses a Estados Unidos, donde han mostrado su rechazo a la gestión de la crisis bajo el lema «Occupy Wall Street». La última gran manifestación de este año se produjo este pasado sábado en Moscú, que vivió las mayores protestas en décadas por el presunto pucherazo del partido de Putin en las elecciones parlamentarias del 4 de diciembre.
«Time» también consideró para el título al almirante William H. McRaven, que organizó el ataque encubierto de un equipo de las fuerzas especiales sobre Pakistán que acabó con la vida del líder de Al Qaeda, Osama bin Laden.
También al artista chino Ai Wei Wei, muy crítico con el régimen de Pekín y que este año fue detenido e incomunicado por las autoridades chinas durante dos meses y medio.
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