Aunque las unidades de estado sólido (SSD) continúan siendo considerablemente más caras que los discos duros tradicionales a nivel de Gigabyte, el precio de estos dispositivos de almacenamiento basados en Flash ha empezado a descender a un ritmo mucho mayor que el de los HDDs.
Al menos esto es lo que se desprende de un informe publicado por Pingdom.
Si en 2007 una memoria SSD costaba hasta 120 veces más comparando su precio con el de los discos duros magnéticos, en 2011 esta diferencia se ha reducido hasta suponer sólo un desembolso 32 veces mayor.
En este sentido, la tarifa media por Gigabyte de un disco duro se encuentra actualmente en los 0,075 dólares frente a los 2,42 de las unidades SSD. O, en otras palabras, ahora mismo cuesta tanto comprar una unidad de estado sólido como en 2002 suponía hacerse con un disco rígido. Y, si se habla de los precios más bajos posibles, el de los HDD cae hasta los 0,053 dólares, mientras que el de las memorias NAND Flash lo hace hasta los 1,50 dólares.
Siguiendo esta evolución, se espera que a partir de verano del próximo año el precio medio de las unidades SSD se sitúe ya en el dólar exacto. Eso sí, esto no significa que SSDs y HDDs se vayan a equiparar en un futuro tremprano, sino que las primeras se estabilizarán en un precio mucho más razonable que el actual.
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