Cuando aún no se ha determinado el grado de culpabilidad de Sony en el robo masivo de datos en PSN, la compañía japonesa ya tiene un nuevo frente abierto con la justicia, que sospecha de prácticas irregulares en el negocio de baterías recargables.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha iniciado una investigación contra Sony para determinar si la compañía bajó en exceso el precio de sus baterías para dejar fuera de juego a sus competidores y deshacerse del exceso de stock.
Esta investigación forma parte de un caso más amplio que engloba a todos los principales fabricantes de baterías recargables que se utilizan en la gran mayoría de dispositivos móviles como smartphones o netbooks.
Los reguladores de la competencia sospechan que los principales fabricantes de baterías (Sony, Samsung, Panasonic y LG) bajaron el precio de forma excesiva el año pasado entrando en una guerra que benefició a los consumidores pero hizo imposible que otros fabricantes pudieran competir en igualdad de condiciones.
“Sony entiende que el Departamento de Justicia está investigando la competencia en el mercado de baterías recargables”, afirma la compañía por medio de un comunicado.
Los responsables de Sony han explicado a los inversores que por el momento “no es posible estimar la cantidad de pérdida o el rango de posibles pérdidas, si las hubiere, que pudieran derivarse de sentencias desfavorables”.
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