Imaginar un mundo en el que los smartphones tenían (y necesitaban) teclado físico y las pantallas táctiles no entendían que el usuario deslizase un dedo por la superficie para realizar scroll parece complicado, pero no hace tanto tiempo de ese mundo. De hecho, hace tan solo cuatro años que todo eso existe y la culpable de todo es Apple. La compañía de Cupertino, hasta entonces ajena al mundo de los teléfonos, presentó el primer iPhone el 29 de junio de 2007. Y todo cambió.
Quizá uno de los aspectos que más llamaron la atención en su momento fue el hecho de que el teléfono que revolucionó el mundo de los smartphones era el producto de una empresa que hasta entonces no jugaba en ese mercado. No fueron ni RIM ni Nokia los que ayudaron al mercado a dar un gran salto, sino Apple. El iPhone era el primer smartphone realmente smart (sobre todo al compararlo con lo que había en ese momento), y los fabricantes antes mencionados, jugadores indiscutibles en el universo de los teléfonos móviles, se quedaron totalmente descolocados.
¿En qué consistió la revolución?
Pero, ¿por qué al hablar del iPhone se habla de revolución? ¿Cómo eran los smartphones antes? La respuesta es que, simplemente, hoy posiblemente nadie hablaría de “smartphone” para referirse a los primeros teléfonos inteligentes que poblaban el mercado en aquellos momentos. En Estados Unidos, las BlackBerries, algunos teléfonos de Palm y los primeros con Windows Phone. En Europa, Symbian era el rey. ¿Qué convertía a un teléfono en smartphone? Una sencilla combinación de teléfono, agenda u otros sitemas de organización y gestor de correo electrónico.
Entonces llegó el día 29 de junio de 2007 y Steve Jobs salió al escenario para cambiar el rumbo del mercado de los teléfonos móviles. El iPhone se mostraba por primera vez con una serie de novedades que en aquel momento nadie más tenía: la pantalla lo era todo, sin necesidad de botones físicos; además, esa pantalla no era táctil a secas, sino multitáctil, haciendo que deslizar fuese tan importante como pulsar sin más; un sensor de movimiento giraba la pantalla dependiendo de la posición en la que estuviese el teléfono; y había también un navegador, el MobileSafari, creado especialmente para la visualización de páginas web en teléfonos móviles.
Otra de las revoluciones que introdujo el iPhone en el universo de los smartphones fue la de la importancia que de pronto adquirió el software, además de la forma en la que los usuarios podían dotar a su teléfono de nuevas funciones: el mundo de las apps tal y como se entiende ahora nacía en ese momento junto con la App Store. El usuario podía de forma sencilla buscar y descargarse aplicaciones (y los desarrolladores crearlas y subirlas, siempre y cuando Apple dé su aprobación).
Cuatro años después: la competencia clásica no arranca
En su momento, Apple pilló a todos sus (nuevos) competidores por sorpresa al presentar el iPhone y comenzó la carrera para ponerse a su nivel o incluso superarlo. ¿Lo han conseguido? En general, no. Si bien todos han ido copiando las características principales del iPhone en sus nuevos smartphones (las pantallas completas multitáctiles, las tiendas de apps…), lo que ha aprovechado Apple para ir demandando por plagio e infracción de patentes a sus reivales, lo cierto es que Cupertino ha sabido mantenerse por delante.
Silicon News
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