El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, ha amenazado con demandar al periódico británico The Guardian por entregar supuestamente sus archivos de cables confidenciales estadounidenses al New York Times, según dos nuevos libros.
Los relatos de periodistas de The Guardian y de la revista alemana Der Spiegel describen las turbulentas relaciones entre sus publicaciones y el volátil fundador de WikiLeaks.
Assange, un pirata informático nacido en Australia, se convirtió en un personaje de fama internacional el año pasado después de que su página web adquiriera cientos de miles de documentos secretos del Gobierno estadounidense y comenzara a hacerlos públicos.Los libros publicados por los periodistas de The Guardian y Der Spiegel forman parte de la primera oleada de lo que podría convertirse en un aluvión de textos, documentales y largometrajes sobre Assange y el fenómeno de WikiLeaks.
Entre las otras publicaciones en curso o ya a la venta sobre este asunto se encuentra un "libro electrónico" editado por el New York Times, el libro "The Age of WikiLeaks", de Greg Mitchell - un bloguero de la revista The Nation -, y el propio libro de Assange, por el cual habría recibido un adelanto de 1,5 millones de dólares (alrededor de un millón de euros).
A principios de esta semana, el parlamentario noruego Snorre Valen convirtió a WikiLeaks en candidato para el Premio Nobel de la Paz de 2011, alegando que la página web se había convertido en "una de las más importantes aportaciones a la libertad de expresión y la transparencia" en el siglo XXI.
AMENAZA LEGAL
Tanto el libro del periodista de Der Spiegel como el de The Guardian se refieren a una reunión del 1 de noviembre de 2010 en la que Assange amenazó a The Guardian con una demanda judicial por romper presuntamente el acuerdo que él pensaba que tenía con el periódico.
Assange contrató a dos abogados.
El creador de WikiLeaks "pensó que se había violado el acuerdo, motivo por el cual había venido acompañado de sus abogados", cuentan los periodistas Marcel Rosenbach y Holger Stark en su libro titulado "Staatsfeind WikiLeaks" (WikiLeaks, el enemigo público nº1).
Según el relato de Der Spiegel, Assange firmó un acuerdo escrito con The Guardian mediante el cual el periódico aceptaba que WikiLeaks le proporcionase los cables diplomáticos para que los revisara y que el diario no podía duplicarlos ni publicarlos sin el permiso de la organización.
Según Der Spiegel y los periodistas de The Guardian David Leigh y Luke Harding en "WikiLeaks: Inside Julian Assange's War on Secrecy" (WikiLeaks: dentro de la guerra de Julian Assange contra el secreto), Assange intentó que los cables no llegaran hasta el New York Times después de que el periódico escribiera una nota poco halagadora sobre él.
El Times había colaborado con anterioridad con The Guardian y Der Spiegel en la publicación de informes confidenciales del Ejército estadounidense relacionados con las guerras de Afganistán e Irak.
Los ejecutivos de The Guardian y Der Spiegel quisieron continuar su relación de colaboración con el periódico estadounidense.
Para finales de octubre, The Guardian había adquirido copias de los cables de una fuente secundaria indirectamente comprometida con Assange.
Esto llevó a que los ejecutivos editoriales del diario británico concluyeran que ya no estaban obligados a ningún acuerdo firmado con Assange sobre el material.
FILTRACIONES
Sin el consentimiento de Assange, The Guardian proporcionó al Times el material sobre el Departamento de Estado estadounidense.
Según el libro de los periodistas del Spiegel, quienes asistieron al encuentro del 1 de noviembre, Assange usó palabras como "robo" y "actividades criminales" al hablar de la distribución del material de WikiLeaks sobre el Departamento de Estado estadounidense.
El libro de los periodistas de The Guardian dice que Assange, un "divulgador clandestino de secretos ilegales", amenazó con que sus abogados interpusieran una demanda por la pérdida de "los activos financieros" de WikiLeaks.
"WikiLeaks ha sufrido una infiltración", declaró el editor de The Guardian Alan Rusbridger, de acuerdo con el relato de los periodistas de Der Spiegel.
Según el relato del encuentro por parte de los periodistas de The Guardian, la respuesta de Rusbridger a la amenaza legal de Assange fue: "Espero con ansias un caso así en la justicia".
Un abogado de Assange presente en la reunión del 1 de noviembre, Mark Stephens, no respondió inmediatamente a las consultas sobre comentarios.
El New York Times ha publicado un relato propio, casi tan largo como un libro, sobre sus negociados con WikiLeaks y Assange y su manejo de los documentos que él entregó al periódico.
El mes pasado, el Times publicó el relato de Keller sobre sus negociaciones y las del periódico con Assange.
Keller ofreció varias razones por las que la relación del diario con el fundador de WikiLeaks se habían ininterrumpido, incluida la decisión del Times de negarse a vincular su página web directamente con WikiLeaks.
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