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2011/02/25

La venta de acciones de Facebook y Twitter, bajo lupa

A pesar de ser una de las empresas más importantes del mundo, Facebook sigue esquivando su salida a Bolsa para no tener que hacer públicos sus detalles financieros. Y con ella muchas otras jóvenes empresas. Pero la comisión estadounidense del mercado de valores está comenzando a sospechar y estudia comenzar una investigación sobre los mercados secundarios para ver cómo se está moviendo el dinero.
Los mercados secundarios estadounidenses son un campo de compraventa de títulos con legislación pero sin un agente regulador que controle los movimientos. Las empresas cuyos valores salen a la venta en ese parqué no tienen que informar a los agentes como la comisión de control de Bolsa (SEC, por sus siglas en inglés) de sus negocios. Quienes compran no saben siempre cuál es el volumen de negocio de una compañía, quiénes son sus clientes o sus previsiones de futuro.
Esta situación hace que sea un campo de trabajo excelente para las 'startups' tecnológicas, que presentan con más facilidad millones de usuarios que millones de dólares, acompañados de un futuro prometedor. A excepción de un puñado de agentes, como las páginas web que ponen en contacto a las partes, beneficiándose de una pequeña comisión por transacción. Ahora SEC está investigando si hay un conflicto de intereses entre las partes.

Goldman Sachs y Facebook

La primera alarma saltó en la comisión reguladora a principios de 2011 cuando la firma Goldman Sachs trató de burlar las reglas del juego y abrió una ronda de financiación condicionada dirigida a Facebook. Se buscaba alcanzar un volumen de capital máximo sin pasar los 499 inversores que obligan a cambiar de modelo y a informar a la autoridad competente de las cifras de negocio.
Para lograrlo, la entidad ejercería como canalizador del resto de capitalistas y se presentaría como inversor único ante Facebook. Una burla a la regulación y una maniobra pública de fraude que acabó en fracaso y que sólo pudo ponerse en práctica fuera de las fronteras estadounidenses.
Estas acciones negociables proceden generalmente de los trabajadores de compañías como Facebook, Twitter o Zynga cuya valoración crece al mismo ritmo que sus usuarios. Los inversores salen 'de compras' por webs como SecondMarket o SharesPost, que no tienen un comportamiento definido, según recoge The Wall Street Journal. Mientras la primera está registrada como broker, la segunda se denomina a sí misma como portal informal.

¿Ante una nueva burbuja '.com'?

Quien visite las páginas webs de tecnología y negocios comprobará cómo diariamente se cierran nuevas rondas de financiación relacionadas con pequeñas 'startups' o con compañías con una estructura ya sólida. La última, por ejemplo, GreenGrose, que ha recaudado 100.000 dólares.
Los mercados secundarios son sólo uno de los mecanismos que están a la disposición de los innovadores para dotar de capital a sus nuevas compañías. Cantidades que van desde los cientos de miles de dólares a los millones como los que estuvo a punto de recibir Facebook se mueven todos los días.
La duda está en conocer cuál es la capacidad real de estos negocios. Las críticas se centran en dos aspectos: el modelo de negocio y la base productiva. Desde el punto de vista del negocio, existen aún numerosas compañías que nacen con mayor capacidad para atraer usuarios que para captar clientes. Basan su crecimiento en la financiación externa mientras consiguen encontrar un flujo de ingresos estables. Twitter es un ejemplo muy claro.
La base productiva y su aportación real a la economía es el otro factor que hace temer por una nueva burbuja. Aunque actualmente los ingresos por publicidad, por suscripciones o por venta de servicios hacen más viables los llamados negocios '.com', no todos tienen detrás una auténtica base innovadora que permite mantener el producto por mucho tiempo en el mercado al garantizar su utilidad. Son avances tan simples, sin casi innovación, que son fácilmente copiados y duplicados por otros agentes.
Las redes sociales pueden ser el centro de esta problemática una vez que salte a la superficie la diferencia entre los números ofrecidos y la actividad real. ¿Los inversores están teniendo en cuenta los millones de cuentas falsas y de 'spam' que se crean diariamente? De los 600 millones de perfiles de Facebook, ¿cuántos presentan actividad diaria?

El Mundo

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