Más de 50 años después de la invención del láser, los científicos de la Universidad de Yale han fabricado el primer antiláser en el mundo, al conseguir que los haces de luz interfieran entre sí de tal manera que se neutralicen totalmente. El descubrimiento podría allanar el camino para una serie de nuevas tecnologías con aplicaciones que van desde la computación óptica a la radiología.
Los láseres convencionales, que se inventaron en 1960, utilizan el llamado "medio de ganancia", generalmente un semiconductor como el arseniuro de galio, para producir un haz de luz coherente: ondas de luz con la misma frecuencia y amplitud que en el paso de una a otra.
El verano pasado, el físico de la Universidad de Yale A. Douglas Stone y su equipo publicaron un estudio que explica la teoría en la que se basa un anti-láser, lo que demuestra que este dispositivo podría ser construido con silicio, el material semiconductor más común. Pero no ha sido hasta ahora, después de unir fuerzas con el grupo experimental de su colega Cao Hui, en que el equipo realmente ha conseguido construir un antiláser que funcione, al que han denominado amortiguador de coherencia perfecta (CPA).
El equipo, cuyos resultados aparecen en el último número de 'Science', centró dos rayos láser con una frecuencia específica dentro de una cavidad que contiene una oblea de silicio que actúa como un "medio de pérdida." La oblea alinea las ondas de luz de tal manera que quedaron atrapadas a la perfección, rebotando indefinidamente hasta que fueron finalmente absorbidss y se transformaron en calor.
Stone cree que esta herramienta podría un día utilizarse como interruptor ópticos, detector y otros componentes en la próxima generación de ordenadores, de características ópticas, que será alimentados por la luz, además de electrones. Otra aplicación podría ser en radiología, donde Stone dijo que el principio de la CPA se podría emplear para dirigir la radiación electromagnética a una pequeña región dentro del tejido humano normalmente opaco, ya sea con fines terapéuticos o de imagen.
En teoría, el CPA debería ser capaz de absorber el 99,999 por ciento de la luz entrante. Debido a las limitaciones experimentales, el actual CPA actual absorbe el 99,4 por ciento. "Pero el CPA que construimos es una prueba de concepto", dijo Stone. "Estoy seguro de que comenzará a acercarse al límite teórico a medida que construyamos otros más sofisticados." Del mismo modo, el primer CPA es de aproximadamente un centímetro de diámetro, pero Stone dijo que las simulaciones por ordenador han demostrado cómo construir una de tan sólo seis micrones (alrededor de una vigésima parte del ancho de un cabello humano).
Canarias7
Los láseres convencionales, que se inventaron en 1960, utilizan el llamado "medio de ganancia", generalmente un semiconductor como el arseniuro de galio, para producir un haz de luz coherente: ondas de luz con la misma frecuencia y amplitud que en el paso de una a otra.
El verano pasado, el físico de la Universidad de Yale A. Douglas Stone y su equipo publicaron un estudio que explica la teoría en la que se basa un anti-láser, lo que demuestra que este dispositivo podría ser construido con silicio, el material semiconductor más común. Pero no ha sido hasta ahora, después de unir fuerzas con el grupo experimental de su colega Cao Hui, en que el equipo realmente ha conseguido construir un antiláser que funcione, al que han denominado amortiguador de coherencia perfecta (CPA).
El equipo, cuyos resultados aparecen en el último número de 'Science', centró dos rayos láser con una frecuencia específica dentro de una cavidad que contiene una oblea de silicio que actúa como un "medio de pérdida." La oblea alinea las ondas de luz de tal manera que quedaron atrapadas a la perfección, rebotando indefinidamente hasta que fueron finalmente absorbidss y se transformaron en calor.
Stone cree que esta herramienta podría un día utilizarse como interruptor ópticos, detector y otros componentes en la próxima generación de ordenadores, de características ópticas, que será alimentados por la luz, además de electrones. Otra aplicación podría ser en radiología, donde Stone dijo que el principio de la CPA se podría emplear para dirigir la radiación electromagnética a una pequeña región dentro del tejido humano normalmente opaco, ya sea con fines terapéuticos o de imagen.
En teoría, el CPA debería ser capaz de absorber el 99,999 por ciento de la luz entrante. Debido a las limitaciones experimentales, el actual CPA actual absorbe el 99,4 por ciento. "Pero el CPA que construimos es una prueba de concepto", dijo Stone. "Estoy seguro de que comenzará a acercarse al límite teórico a medida que construyamos otros más sofisticados." Del mismo modo, el primer CPA es de aproximadamente un centímetro de diámetro, pero Stone dijo que las simulaciones por ordenador han demostrado cómo construir una de tan sólo seis micrones (alrededor de una vigésima parte del ancho de un cabello humano).
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