En cada presentación que realiza una compañía de tecnología, los ejecutivos se suben al escenario y cuentan al mundo los beneficios de estar conectados de forma permanente a Internet.
Sin embargo, para el púbico presente que está ocupado tipeando y transmitiendo sus declaraciones, conseguir una conexión Wi-Fi disponible es una tarea prácticamente imposible.
"He estado en 50 eventos en los que el organizador sube al escenario y dice Va a funcionar, pero eso nunca sucede", dijo Jason Calacanis, CEO de Mahalo, una compañía de búsquedas por Internet.
El mes pasado en San Francisco en el evento Web Summit 2.0, que contó con la asistencia de 1000 personas que oyeron hablar acerca del futuro digital a un panel destacado que incluyó la presencia de oradores como Mark Zuckerberg de Facebook, Julius Genachowski presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC es la sigla en inglés) y Eric Schmidt de Google, la conexión Wi-Fi se hizo más lenta o directamente dejó de funcionar por momentos.
Este año Steve Jobs, CEO de Apple, tuvo que pedir al público en la conferencia de programadores de su compañía que apagara sus computadoras portátiles y smartphones, cuando el iPhone 4 tuvo inconvenientes por la sobrecarga de la red Wi-Fi durante su presentación.
Son pocos los tecnócratas de Silicon Valley que parecen dispuestos a olvidar una de las mayores fallas de las redes Wi-Fi- en la inauguración de una conferencia en 2008 que tuvo como uno de sus anfitriones al blog de tecnología TechCrunch. Gran parte del público quedó sin acceso a Internet. A la mañana siguiente, los organizadores -incluyendo Calacanis- se subieron al escenario para pedir disculpas y anunciar que habían echado a la compañía que instaló el servicio Wi-Fi.
Las conferencias de tecnología son como reuniones religiosas para empresarios, inversores y los obsesionados por los servicios digitales. Los participantes acceden de manera compulsiva a blogs y mandan correo electrónico, mensajes de texto, fotos y videos desde sus butacas.
Algunos llegan a mirar una transmisión del evento por la Red en sus computadoras en vez de mirar a la gente que está en el escenario delante de ellos. Casi todas las conferencias ofrecen Wi-Fi gratis para hacer sentir a la gente conectada y productiva.
El problema es que el Wi-Fi no fue creado para grandes salones y miles de personas, muchas de ellas con arsenales de notebooks, iPhones y iPad. Calacanis llegó al extremo en la Cumbre del Web 2.0 de llevar seis dispositivos conectables: una laptop, dos smartphones y tres routers inalámbricos.
Explicó -mientras escribía correo electrónico en su laptop- que como CEO e inversor, necesitaba acceso a Internet confiable en todo momento. "Uno tiene que trabajar", dijo Calacanis.
El Wi-Fi está pensado para el hogar y otros espacios pequeños, con demandas más modestas de acceso a Internet, dice Ernie Mariette, fundador de Mariette Systems, que instala Wi-Fi para conferencias. "Se le pide a una tecnología que opere más allá de su capacidad".
Los organizadores de conferencias y los especialistas en Wi-Fi que estos contratan a menudo no proveen suficiente ancho de banda. Muchos dependen de la infraestructura que los hoteles o los centros de convención ya tienen instalado.
Las compañías que instalan redes de Wi-Fi a veces solo tienen un día para colocar su equipo en una sala y probarlo. No solo deben tener en cuenta la cantidad de participantes, sino también el tamaño y la forma del salón, junto con la forma en que las señales Wi-Fi rebotan en las paredes y son absorbidas por el público.
"Cada espacio y cada grupo de gente es diferente" dijo Mariette.
Lo que es bueno para una convención de pediatras es totalmente inadecuado para la gente hiperconectada de Silicon Valley.
"He estado en conferencias de salud a las que nadie lleva una notebook" dijo Ross Mayfield, presidente de la compañía de software para empresas Socialtext y asistente habitual a conferencias de alta tecnología.
Las conferencias de tecnología son una anomalía. Algunos habitúes bromean, quizás acertando más de lo que creen, que en esos eventos hay más dispositivos que se conectan a Internet por metro cuadrado que en cualquier otro lugar del mundo.
Demasiado a menudo las redes se paralizan por la constante baja y descarga de archivos y videos y el permanente acceso a redes sociales.
Eso fue lo que sucedió este año en RailsConf, una conferencia de software en Baltimore, cuando los participantes paralizaron el servicio e Wi-Fi al conectarse con la transmisión por la red de un evento no relacionado en otro lugar del país. Casi todos querían ver la presentación en vivo del iPhone 4 de Apple, el evento en el que se "colgó" el sistema de Wi-Fi.
Agregar más puntos de acceso al servicio no soluciona necesariamente el problema, dijo Mariette. De hecho hacer eso puede empeorar las cosas, al crear más interferencia.
Para evitar la caída del servicio Wi-Fi, los organizadores de conferencias a veces tienen que pedir a los participantes que apaguen los equipos que no usan y no descarguen archivos grandes. Pero por lo general no hay mucha cooperación.
El año pasado un participante de Web 2.0 Expo en New York estaba tan desesperado por conectarse que ofreció pagarle a Oren Michels, CEO de Mashery, una compañía de servicios para la Red, por compartir su conexión móvil de Internet. El MiFi, como se llama el dispositivo, permite a los usuarios crear mini conexiones de internet usando la red de una compañía de telefonía celular, en vez del Wi-Fi.
"Dijo: ¿Le puedo pagar por su conexión?" recordó Michels. "Era simplemente alguien sentado al lado mío por casualidad".
Aunque no estén conectados a la Red, los dispositivos Wi-Fi emiten constantemente señales que crean ruido, a veces al punto de impedir la conexión. Los iPhone y la mayoría de los BlackBerry, junto con ciertas laptops, son más susceptibles que otros dispositivos porque operan a 2.4 GHz, una parte del espectro que ofrece solo tres canales.
La maldición del Wi-Fi también está presente en las conferencias de prensa de la industria de la tecnología. Google, por ejemplo una vez organizó un día con la prensa en su sede de Mountain View, California, durante la cual la conexión Wi-Fi falló por varias horas y se restableció en los minutos finales del evento. La falla no generó demasiada confianza en los planes -luego abandonados- de Google y su socio, EarthLink, de cubrir todo San Francisco con un servicio gratuito de Wi-Fi.
La Nacion
No hay comentarios:
Publicar un comentario