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2011/01/19

El fantasma de la inflación mundial

La crisis en Túnez se debe no solo a motivos internos sino a un tema que preocupa cada vez más a la comunidad internacional: la inflación.
Según la Unidad de Inteligencia del The Economist (EIU), los precios de alimentos crecieron un 10,7% en 2010 y aumentarán un 13,4% este año.
En las capitales europeas no dudan sobre la gravedad de la situación.
"La inflación en la zona del euro sigue creciendo a un nivel preocupante debido a un fuerte incremento de los precios de las materias primas".
La evaluación es del presidente del Banco Central de Europa (BCE) Jean Claude Trichet y la efectuó en dos oportunidades: julio de 2008 y el viernes pasado.
La paradoja es que en verano de 2008 la economía mundial, ciega a la tormenta que se avecinaba, venía de una década de sostenido crecimiento, mientras que los actuales aumentos se producen en medio de una incierta situación económica internacional.
Aún así, la inflación subió del 2 al 2, 2 por ciento en diciembre en la eurozona, se encuentra en el 3,3 por ciento en el Reino Unido, alcanzó su máximo nivel en Brasil en seis años, es un tema diario de debate en Argentina y Venezuela, y centro de la agenda oficial de China e India.

Alimentos por las nubes

En diciembre la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) señaló que los precios de alimentos como carne, cereales y azúcar superaban el tope alcanzado en 2008.
En gran medida el alza se debe a adversas condiciones climáticas en países clave para la producción alimentaria mundial como Canadá, Australia y Rusia, y la demanda de China e India.
Según señaló a BBC Mundo Edward George, analista de la Unidad de Inteligencia del The Economist, a estos factores clásicos de la oferta y la demanda se añade la presencia de fondos especulativos que intervienen en el mercado de futuros.
"Para garantizar la rentabilidad, los inversores se están volcando sobre las materias primas ya que otras inversiones tradicionales, como los bonos de países desarrollados, ofrecen hoy en día ganancias mínimas ", dijo George.
A los precios de alimentos se suman los del petróleo que se encuentran en su nivel más alto en dos años, rondando la barrera psicológica de los 100 dólares por barril.
Además del impacto que tiene sobre la inflación en general, el precio del combustible ha sido un ingrediente del aumento de los alimentos, por el impacto que tiene en los costos de transporte.

El sonámbulo y la cornisa

Los disturbios en Túnez y Argelia son una clara muestra del impacto geopolítico que pueden tener esta combinación de factores.
El precio de los alimentos impacta sobre todo a los sectores más postergados de una sociedad.
A más pobreza, mayor porcentaje del poder adquisitivo que se destina a alimentos.
A futuro, el panorama no es optimista ya que nadie está vaticinando una moderación de los precios en 2011.
Entre fines de 2007 y mediados de 2008, cuando ya se sentía la contracción crediticia pero todavía reinaba una expectativa de crecimiento, el aumento del precio de los alimentos generó disturbios en países de Asia, África y América Latina.
¿Puede ser menor el impacto social cuando la economía mundial se parece a un sonriente sonámbulo caminando por una cornisa?

Sin solución a la vista

La herramienta más usual para combatir la inflación, el aumento de las tasas de interés, puede tener un impacto contraproducente.
Dado el anémico crecimiento económico del mundo desarrollado, lo que menos necesita hoy EE.UU o la eurozona es un aumento de las tasas.
En los países en desarrollo crearía todavía más volatilidad en sus monedas, ya amenazadas por el interés de los inversores internacionales en ganancias a corto plazo en mercados emergentes.
A esto se suma otro problema.
La demanda de alimentos es inelástica: a menos que haya una catástrofe social la gente sigue comiendo.
En este sentido depende mucho menos del ciclo económico que el petróleo.
En otras palabras, es posible que un aumento de las tasas de interés apenas afecte el precio de los alimentos.

¿Problema o dogmatismo?

En 2008, mientras el mundo se alarmaba con el aumento de los precios de los productos primarios, avanzaba a toda velocidad de modo subterráneo la crisis financiera que condujo al estallido de septiembre de 2008.
Ahora, la advertencia de un halcón monetarista como Jean Claude Trichet el viernes, fue percibida como una señal de que en el verano europeo podría haber un aumento de las tasas de interés.
¿Mirada previsora europea o dogmatismo económico que coloca a la inflación como prioridad absoluta?
La advertencia de Trichet es tan similar a la de 2008 que hace temer que estemos sentados sobre un volcán parecido, obsesionados por la aparición de unas nubes en el cielo.

BBC Mundo

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