En «hora punta» de la huelga general, hasta las dos de la tarde, las operaciones de comercio electrónico se redujeron entre un 20% y un 25%, según los datos que ha publicado la Asociación de Inversores y Emprendedores de Internet (AIEI), que ha medido el impacto de la convocatoria sindical en la Red monitorizando las páginas web de las empresas vinculadas a esta asociación. El mayor parón, eso sí, lo protagonizaron los centros de atención de llamadas y servicios de asistencia técnica por internet, que vieron reducida su actividad normal en un 35-40%. El motivo, en ambos casos, ha sido que las «ciberempresas» han contado con menos empleados para atender las peticiones de sus clientes.
A pesar de ello, la AIEI estima que los empleados de empresas dedicadas exclusivamente a internet y que secundaron el paro no llega al 2%. «Es que es gente joven, entusiasta de su trabajo y no encontraba ningún motivo para faltar a su puesto», explica Yago Arbeloa, presidente de esta oganización que agrupa a una 15.000 entidades empresariales, en su mayoría pymes.
Tampoco apoyaron a los sindicatos los usuarios particulares, que con su consumo habitual de internet permitieron compensar esa caída del negocio digital y mantener el volumen de tráfico habitual en páginas web y portales de ocio e información.
Desde la AIEI señalan que las empresas, en el siglo XXI, no pueden perder un día de negocio en internet y que, en no pocos casos, se ha recurrido al teletrabajo mantener la actividad de un día normal. Arbeloa explica que esta ha sido una fórmula totalmente nueva para «bordear» a los piquetes.
Teletrabajo para esquivar a los piquetes
«Resulta interesante cómo algunas empresas han optado por el teletrabajo para evitar conflictos», comenta en Twitter Miguel Albajan, consultor e-learnig en Barcelona. Muchos usuarios comentaban así en el popular servicio de microblogging las ventajas de esta opción para quien ha decidido ir a trabajar: sobre todo, evitar problemas de tráfico y altercados con manifestantes. «No hago huelga. Hoy teletrabajo desde casa, porque los trenes estarán a hostias y las carreteras, peor», dice Gregg Robbins, otro trabajador digital.
Además, algunos expertos teletrabajadores ven en esta alternativa una forma ideal de estimar el seguimiento de una huelga. Mario Pena, community manager Safecreative.org, una empresa dedicada al registro de propiedad intelectual, trabaja a diario desde su casa en Irún. Pero la sede de su compañía, que próximamente abrirá una oficina en el paraíso tecnológico de Silicon Valley, está en Zaragoza. Hoy ha notado un descenso en el número de correos electrónicos contestados por sus clientes pero al mismo tiempo una actividad tremenda en la Red en torno al tema del día: la huelga. «Hubo mucho debate», dice.
¿Puede medirse el impacto de la huelga a través de ese debate? PAra Pena es, seguramente, una de las poibilidades. «Midiendo las posturas a favor y en contra, y lo digital lo cuantifica mucho mejor», explica. Además, dice, «ningún piquete va entrar a tu casa a decirte que no trabajes».
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