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2010/10/20

El secreto del sapo "superinvasor"

BBC Mundo

El sapo de caña es una de las 100 especies invasoras más dañinas, según la Unión Internacional para la Naturaleza. Y ahora, la ciencia ha comenzado a entender en qué reside la imponente capacidad de expansión de este anfibio.
Oriundos de América del Sur y Central, estos sapos (Rhinella marina) fueron introducidos en Australia en la década de los años 30 para contener a una plaga, un escarabajo, en los cultivos de caña.
Los poco mas de cien ejemplares originales se transformaron en decenas de millones y hoy ocupan una vasta zona del norte australiano.
¿Cómo lo lograron? Gracias a un mecanismo evolutivo, los sapos en la vanguardia, es decir en los límites de la zona que habitan, son "superinvasores", capaces de moverse fácilmente a nuevos territorios, ya que tienen patas traseras y delanteras más largas y más potentes.
En todas las poblaciones ocurren variaciones naturales y habrá algunos sapos más veloces. Una y otra vez y a lo largo de innumerables generaciones, los más fuertes y veloces se separan del resto y llegan antes a zonas límite. Allí se reproducen entre sí y transmiten estas características a su prole.

Carrera de sapos

El mecanismo evolutivo conocido entre los científicos como "efecto de la villa olímpica" ya había sido propuesto, pero los investigadores lograron ahora ponerlo a prueba en una verdadera carrera de sapos.
El Dr. Ben Phillips, de la Universidad James Cook en Queensland, Australia, recogió sapos de cuatro poblaciones diferentes.
Capturó diez ejemplares de la población central en el norte de Queensland y diez de cada una de las tres poblaciones en zonas distantes del centro.
Llevó a todos los anfibios a un sitio cercano a la ciudad de Darwin, donde les colocó sensores para seguir sus movimientos y luego los liberó.
Tal como Phillips esperaba, los sapos capturados en los puntos más distantes del centro se movieron mucho más rápidamente que los otros.

Todo en los genes

Para confirmar que esta mayor fuerza y velocidad tenía una base genética, Phillips estudió una segunda generación de sapos.
Permitió que los primeros se reprodujeran dentro de cada una de sus poblaciones y luego volvió a establecer una carrera, pero esta vez sólo con sus hijos.
Los sapos cuyos padres eran de los puntos más distantes ganaron la carrera, lo que revela que heredaron la mayor capacidad de sus padres.
"Son malas noticias", le dijo el investigador a la BBC. "Esto significa que cada vez que invaden una zona se vuelven todavía más rápidos y eficientes".
Y lo que es aún peor, los científicos creen que en el futuro todas las especies invasoras seguirán este mismo patrón.
Phillips afirmó que los superinvasores incluso se reproducen más rápido que los otros. Pero aquí podría residir su talón de Aquiles. "Para reproducirse con esa velocidad, debe haber un trade off, una pérdida en otras áreas. Sospechamos que una posibilidad es el debilitamiento de su sistema inmunológico".
Al reproducirse y desplazarse tan rápido, no hay tiempo para desarrollar resistencia a parásitos, por lo que los sistemas inmunológicos de estos sapos son menos robustos.
"Si se introduce esos parásitos en la población de vanguardia, tal vez se pueda hacer más lento su avance", afirma Phillips
La investigación fue publicada en la revista Journal of Evolutionary Biology.

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