En Microsoft tienen motivos de satisfacción con los resultados del trabajo realizado durante el último año para poner en el mercado de la telefonía móvil el nuevo sistema operativo Windows Phone 7, capaz de plantar cara a dos de las estrellas que más brillan en estos momentos en ese firmamento: el iPhone de Apple y Android de Google. Microsoft, al fin, se ha puesto las pilas para regresar al segmento de los teléfonos avanzados (smartphones) por la puerta grande después de un largo periodo de inacción que convirtió al antiguo Windows Phone en obsoleto mientras este segmento del mercado crecía cada vez más y se hacía popular.
En ese regreso, Microsoft ha planteado un sistema que no fuera tan solo nuevo, sino también distinto en su concepción. Windows Phone 7 no sólo es sencillo de usar, sino que a diferencia de lo que han intentado otros, no pretende imitar al iPhone, con pantallas sucesivas en las que figuran los iconos de las aplicaciones.
Lo primero que se encuentra al desbloquear la pantalla de inicio es lo que Microsoft denomina Live Tiles –algo así como Baldosas en vivo–, unos grandes cuadros en los que se ofrece información actualizada sobre las conexiones del usuario con su entorno social: llamadas, mensajes, actualizaciones de los contactos en redes sociales, correo, calendario, Xbox live, Internet Explorer, fotografías y la tienda de aplicaciones Marketplace. El eje sobre el que giran muchas de esas novedades es la plataforma Windows Live, que es la que proporciona el enlace a servicios como el de Facebook.
Más allá de esa pantalla, el sistema permite agrupar las aplicaciones y archivos en seis grandes grupos: Contactos, Imágenes, Música y Vídeos, Marketplace, Office y Juegos. Lo que no entra ahí pasa a formar parte de una lista vertical de programas que, según su longitud, puede convertirse en farragosa. La utilización de Windows Phone es sencilla e intuitiva y satisfará a muchos usuarios, tanto del mercado doméstico como del corporativo, aunque no llega a superar, al menos de momento, la experiencia de uso que ofrecen Android e iOS (iPhone), con un mercado amplio y la existencia de centenares de miles de aplicaciones Microsoft ha trabajado junto con los fabricantes de teléfonos para ofrecer brillantes prestaciones multimedia y les ha reclamado unos mínimos esenciales bastante altos. Como ejemplo, Movistar comercializa el LG Optimus 7, con una pantalla enorme (de 3,8 pulgadas y 800x480 píxeles), memoria interna de 16 Gb y una batería extraíble, que le proporciona un uso normal ininterrumpido de dos días, bastante alto para uno de los principales puntos débiles de este tipo de teléfonos.
Windows 7 tiene un buen navegador de internet, pero falla en su aplicación de mapas, demasiado simple y lenta. Es un buen comienzo, pero Microsoft debe mejorar algunas cosas, como la ausencia de la opción de copiar/pegar, que tan fácil hacen los sistemas de la competencia. El gran reto, no obstante, será tener un mercado de aplicaciones lo bastante amplio como para que nadie elija a la competencia porque sus teléfonos hacen más cosas. Microsoft dispone de capacidad económica para reclutar programadores en ese empeño. Otra cosa es que lo consiga.
Lo primero que se encuentra al desbloquear la pantalla de inicio es lo que Microsoft denomina Live Tiles –algo así como Baldosas en vivo–, unos grandes cuadros en los que se ofrece información actualizada sobre las conexiones del usuario con su entorno social: llamadas, mensajes, actualizaciones de los contactos en redes sociales, correo, calendario, Xbox live, Internet Explorer, fotografías y la tienda de aplicaciones Marketplace. El eje sobre el que giran muchas de esas novedades es la plataforma Windows Live, que es la que proporciona el enlace a servicios como el de Facebook.
Más allá de esa pantalla, el sistema permite agrupar las aplicaciones y archivos en seis grandes grupos: Contactos, Imágenes, Música y Vídeos, Marketplace, Office y Juegos. Lo que no entra ahí pasa a formar parte de una lista vertical de programas que, según su longitud, puede convertirse en farragosa. La utilización de Windows Phone es sencilla e intuitiva y satisfará a muchos usuarios, tanto del mercado doméstico como del corporativo, aunque no llega a superar, al menos de momento, la experiencia de uso que ofrecen Android e iOS (iPhone), con un mercado amplio y la existencia de centenares de miles de aplicaciones Microsoft ha trabajado junto con los fabricantes de teléfonos para ofrecer brillantes prestaciones multimedia y les ha reclamado unos mínimos esenciales bastante altos. Como ejemplo, Movistar comercializa el LG Optimus 7, con una pantalla enorme (de 3,8 pulgadas y 800x480 píxeles), memoria interna de 16 Gb y una batería extraíble, que le proporciona un uso normal ininterrumpido de dos días, bastante alto para uno de los principales puntos débiles de este tipo de teléfonos.
Windows 7 tiene un buen navegador de internet, pero falla en su aplicación de mapas, demasiado simple y lenta. Es un buen comienzo, pero Microsoft debe mejorar algunas cosas, como la ausencia de la opción de copiar/pegar, que tan fácil hacen los sistemas de la competencia. El gran reto, no obstante, será tener un mercado de aplicaciones lo bastante amplio como para que nadie elija a la competencia porque sus teléfonos hacen más cosas. Microsoft dispone de capacidad económica para reclutar programadores en ese empeño. Otra cosa es que lo consiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario