Libertad Digital
Este proyecto fue creado por Billy May, miembro de la comunidad de Mozilla Labs, que a principios de 2009 creó una visión inicial de lo que un teléfono móvil orientado a la web podría parecer. Miles de personas participaron en el proyecto, compartiendo ideas y desarrollando conceptos en torno a Firefox y a una web abierta en su conjunto. Trabajando en esa línea, el resultado ha sido el móvil llamado Seabird.
Esas "Aves Marinas" forman parte del concepto que tiene Mozilla Labs sobre cómo los usuarios pueden interactuar con sus contenidos móviles, de cómo los dispositivos y la tecnología avanzan. Se ha trabajado sobre una base de conocimientos extraídos de la comunidad de Mozilla a través del blog del proyecto, que concluía que como resultado había que dar un enfoque de desarrollo rápido en todo tipo de interacciones entre el usuario y el móvil. Mientras que las CPUs móviles, plataformas de conectividad y el desarrollo comienzan a estar próximas a las de los ordenadores de sobremesa, el retraso en el procesamiento eficiente de la información ha quedado patente.
Seabird presenta algunas posibilidades de cómo podría evolucionar la interacción del usuario con la captura de movimiento y la utilización de un proyector. Con las compañías de teléfonos móviles como Samsung, LG y Motorola, en movimiento hacia las aplicaciones de visualización para los proyectores, la tecnología sigue abierta para ampliar la interacción del usuario y la entrada al mismo tiempo. Basta con disponer de una superficie plana: el Seabird emplea picoproyectores para emitir un teclado en una superficie plana y permite una interacción semejante a un netbook de calidad. Cada proyector funciona de manera independiente y ofrece interfaces a niveles de un ordenador portátil, en cuanto a su eficiencia.
Su diseño se adapta a la mano y la curvatura de la parte trasera también tiene un papel funcional al elevar los proyectores cuando se deja el móvil sobre la mesa. Sin embargo, pese a estas buenas ideas, Mozilla no tiene previsto fabricar o hacer realidad este teléfono móvil.
Nokia, BenQ, NEC...
Parecía que la crisis económica había frenado las expectativas de diseño y futurología que rodeaba al mundo de los teléfonos móviles. Nos habíamos acostumbrado a lo táctil, a las actualizaciones puntuales de los nuevos smartphones, e incluso a una cierta involución de los terminales (por ejemplo, ninguno de los nuevos móviles de LG tiene flash en su cámara), salvo excepciones como el iPhone 4.
No sabemos que habrá sido de modelos como el Aeon de Nokia, presentado hace tiempo. No sabemos si la crisis y la reestructuración interna que sufre la compañía finlandesa han hecho que abandone esta línea de investigación. Del Aeon practicamente no se sabe nada, ya que Nokia lo conservaba, además, en secreto. La característica más importante que se conocía de este terminal era su revolucionaria pantalla táctil de cristal líquido, que parecía estar inspirada en la línea que están investigando otras compañías de telefonía.
NEC y BenQ, por su parte estaban investigando sobre teléfonos flexibles y adaptables al cuerpo. La primera tenía su prototipo Tag, uno de los modelos futuristas en los que está trabajando NEC. Se trata de una especie de cinturón flexible, que se puede adaptar a muchas posturas, de forma que la comunicación se hace lo más cómoda posible sin utilizar las manos.
El modelo Snake es el teléfono móvil futurista en el que trabaja BenQ, al estilo de los teléfonos móviles pulsera. Pero sin duda con un diseño aún más rompedor. Sin embargo, BenQ trabaja en otro tipo de concepto, el Black Box, un terminal con un diseño más que interesante, en el que todo el aparato es una pantalla táctil, de modo que todo lo que se ve en la superficie del teléfono es virtual y configurable. Esto sirve para generar un layout personalizado, con los botones de las funciones que más utiliza el usuario. Un paso más en los sistemas operativos móviles.
Y ahora una mirada hacia atrás. Hace tres años saltaba a la palestra el CUin5, un nuevo concepto del que no se ha vuelto a saber. Obra del diseñador serbio Branco Lukic, este terminal tenía botones por toda la superficie de sus seis caras. En cada cara había teclas para marcar números y escribir mensajes, además de un altavoz para escuchar y un micrófono para hablar.
Según su autor, que ha hecho diseños para numerosas multinacionales, la idea respondía a las necesidades del hombre de negocios: coger el móvil rápidamente y usarlo en cualquier posición. Pero hay una cosa que extraña: no tiene pantalla. ¿Cómo se sabe quién llama, se escriben los mensajes o se accede a la agenda?
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