El surgimiento de una amplia clase media, un grupo con un importante poder económico -y electoral-, representa para muchos el principal cambio en Brasil. Sin embargo, algunos analistas cuestionan que este fenómeno esté reduciendo las enormes desigualdades sociales, que siguen siendo uno de los grandes problemas del gigante latinoamericano.
A las puertas de un gran almacén de electrodomésticos en la ciudad de Sao Paulo, Fátima Araujo, clienta de la tienda, no duda en afirmar que de un tiempo a esta parte su situación económica mejoró."Ahora tengo más oportunidades de comprar. Compré una heladera, un fogón, una lavadora… Claro, que la posibilidad de pagar a plazos ayudó. Antes era más difícil tener empleo, ahora va mejor", asegura.
La experiencia de Fátima es el reflejo en la calle de los datos fríos que proyectan las estadísticas.
El grupo más numeroso
Según un estudio publicado a principios de septiembre por la Fundación Getulio Vargas -un centro de investigación ubicado en Sao Paulo-, en 2010, la clase media superó el 50% de la población brasileña.El concepto de clase social y sus límites son difusos y varían de un país a otro, de una región a otra o incluso dentro de barrios de una misma ciudad.
En Brasil, la clase C -que comunmente se acepta como clase media- engloba a aquellos cuyo salario oscila entre unos US$650 y unos US$2.800.
"En el último año, los tres grupos económicamente más favorecidos de la sociedad, las clases A, B y C, aumentaron 5,5%. Este es un dato importante ya que gran parte del mundo todavía está padeciendo los efectos de la recesión. En cambio, en Brasil, en los ocho primeros meses de 2010 se crearon más de dos millones de trabajos formales", destaca el economista Marcelo Cortes Neri, coordinador del estudio, en diálogo con BBC Mundo.
Para muchos analistas, este proceso es el cambio más importante que está teniendo lugar en estos momentos en la sociedad brasileña.
La tendencia se inició a finales de los 90 en los gobiernos de Fernando Henrique Cardoso -del Partido de la Social Democracia Brasileña, actualmente en la oposición- y se afianzó durante los mandatos de Luiz Inácio Lula Da Silva, del Partido de los Trabajadores.
"Este fenómeno simboliza 15 años de buen gobierno de dos gobiernos complementarios", apunta Neri.
Desigualdad "obscena"
Pero algunos analistas critican lo que consideran un mensaje "triunfalista" y recuerdan que Brasil sigue siendo uno de diez países con mayores desigualdades sociales del mundo."El aumento de la clase media es real. Pero se vende la idea totalmente falsa de que esto significa una reducción de la desigualdad (…). Lo que cayó fue la diferencia intersalarial", le señala a BBC Mundo Clóvis Rossi, columnista del diario Folha de Sao Paulo.
"Las encuestas del Instituto Brasileño de Estadística miden las diferencias entre los asalariados. Pero esto representa sólo el 40% del producto interno bruto (PIB). No hay ninguna encuesta que estudie 100%. Y es en la diferencia entre las rentas del capital y las del trabajo donde está la obscenidad de la desigualdad en Brasil".
"En 2006, el gobierno federal pagó US$96.000 millones de intereses para quienes detentan la deuda pública federal. Cerca del 80% de esta cantidad es recibido por 20.000 familias, que son la élite brasileña. Mientras tanto, a la atención de las familias más pobres se destinaron unos US$11.000 millones. Por lo tanto hay una distribución de renta, pero a favor de los ricos", agrega Rossi.
Sin embargo, según el analista, mientras la economía continúe creciendo, no es probable que la reducción de este tipo de desigualdad se convierta en una prioridad para la población ni para el gobierno.
"Una vez tú puedes comprar una heladera o un auto, no te importa que el más rico puede comprarse un helicóptero. Lo primero es tener tus necesidades cubiertas", sugiere el analista.
Los expertos apuntan más bien a una consolidación de un nuevo "grupo de poder" a medida que los casi 95 millones de brasileños que engrosaron la clase media vayan asumiendo un papel protagonista en la sociedad.
"En estos momentos, la clase C tiene más poder adquisitivo que las clases A y B juntas. Pero además, este grupo está compuesto por el votante medio y tiene un poder electoral enorme. Esto explica la gran popularidad del presidente Lula (…). Es él quien supo simbolizar ese crecimiento de la clase media", destaca Neri.
En este sentido, el voto de esta nueva clase media será determinante en el resultado de las elecciones generales del 3 de octubre.
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