Aunque el fabricante de chips británico se enfrenta a nuevos retos en el mercado, vive un momento de esplendor y crecimiento de la demanda de sus procesadores móviles.
ARM acaba de dar a conocer sus resultados del segundo trimestre del año en el que ha alcanzado una facturación de 171,2 millones de libras (264,3 millones de dólares), creciendo un 26% interanual.
Al mismo tiempo, su beneficio antes de impuestos ha subido un 30% hasta los 86,6 millones de libras (unos 133 millones de dólares).
Los dispositivos móviles siguen siendo el mayor mercado de la compañía, aunque los dispositivos integrados, entre los que se encuentran soluciones como Raspberry Pi, están siendo el segmento de más rápido crecimiento para los chips de ARM, con una expansión del 25% en el último año.
El futuro sigue pintando de color de rosa para el fabricante, que en estos momentos es el diseñador de la mayoría de los procesadores de teléfonos inteligentes del mundo.
La explosión de smartphones y tabletas ha afianzado su liderazgo en el mercado de chips y el Internet de las cosas parece asegurar su escalada.
En el primer trimestre del año ARM superó las expectativas de los analistas con una escalada de ingresos del 28% y, recientemente, en el marco de la feria Computex, el mayor salón comercial de informática de Asia, hizo el anuncio de sus nuevos chips, marcando el camino de los futuros dispositivos móviles.
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