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2013/07/20

Una 'app' permite participar en el estudio de la dispersión del mosquito tigre

La aplicación Tigatrapp, para móvil y tableta Android, permite que los ciudadanos recojan datos, como si fueran científicos, cada vez que ven un mosquito tigre. Como la aplicación registra la posición, el sistema permite hacer un mapa de presencia del mosquito tigre y participar así en el estudio de su dispersión.

La aplicación forma parte del proyecto piloto Atrapa el Tigre!, impulsado por el grupo de investigación Movement Ecology Lab del Centro Estudios Avanzados de Blanes (CEAB) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Cuenta con la financiación del Programa de Cultura Científica y de la Innovación de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), y la colaboración del Servicio de Control de Mosquitos de la Bahía de Roses y del Baix Ter.

Tanto el proyecto como la aplicación, que de momento sólo está en catalán, fueron creados inicialmente para que estudiantes de primaria de más de 200 escuelas de la provincia de Girona - que asistieron al taller educativo del mosquito tigre del Servicio del Control de Mosquitos- pudieran participar, con sus familias, en el seguimiento de este mosquito a través de la telefonía móvil inteligente.

Ahora, sin embargo, la participación está abierta a otros ciudadanos de esta comunidad autónoma. Para hacerlo, hay que enviar un correo electrónico, desde el que se facilitará una contraseña y las instrucciones de descarga de la aplicación.
¿Por qué el mosquito tigre?

El mosquito tigre (Aedes albopictus) es una especie invasora que proviene del sudeste asiático. Este mosquito habita y cría en zonas urbanas, es un potencial transmisor de enfermedades víricas tropicales (como el Dengue) y es muy molesto para sus agresivas picaduras.

Fue visto por primera vez en Catalunya (en Sant Cugat del Vallés) en 2004. Desde entonces se ha extendido a muchos municipios y recientemente ha llegado a Valencia, las Islas Baleares y Murcia. Pero como vive principalmente en lugares privados (casas, jardines, balcones, etc.) resulta muy complicado hacer un seguimiento y control de su dispersión por parte de la administración pública. Tigatrapp permite que esta tarea, tradicionalmente delegada a los servicios técnicos de la administración y los científicos, pueda ser compartida por la ciudadanía.
¿Qué datos recoge la aplicación?

La aplicación Tigatrapp recoge datos a través de dos juegos: Tigre hallazgos y Tigre viajes.

Los Tigre hallazgos son identificaciones del mosquito tigre que recogen y comparten los participantes, y contienen información sobre las características del mosquito y el lugar donde lo han visto. Permiten estudiar su presencia en el territorio y construir, de manera participativa, el mapa del mosquito tigre. Mediante una serie de imágenes y de preguntas clave, la aplicación ayuda a confirmar que el insecto que ha visto el participante es efectivamente un mosquito tigre.

Los Tigre viajes son trayectos que se realizan en coche de manera habitual (viajes cotidianos como ir a casa de unos amigos, al cine, de compras, una excursión...). El mosquito tigre es pequeño y vuela poco pero, a pesar de ello, se dispersa de forma muy rápida. Se cree que una de las vías que tiene para conseguirlo es escondiéndose en los coches (atraído por dióxido de carbono, las altas temperaturas y los rincones oscuros del interior de un coche).

Los investigadores del CSIC, Frederic Bartumeus y Aitana Oltra, explican: "Cuando un participante hace un viaje, pulsa el botón del Tigre viaje para que la aplicación registre el trayecto -en la aplicación aparece un mapa que le va siguiendo. Cuando llega a destino, el usuario debe pulsar el STOP. De esta forma el desplazamiento queda registrado. En este caso no es necesario haber detectado un mosquito tigre porque el objetivo es tener datos de movilidad humana en coche durante el verano, para poder compararlos después con la dispersión del mosquito. Así podremos saber si el mosquito tigre invade nuevas zonas gracias a la ayuda del transporte en coche".

Los datos que se recogen son enviados a un servidor del CSIC y encriptados para proteger la privacidad de los participantes. Finalmente, de manera automática, los datos son compartidos en la web del proyecto.

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