Científicos del Ejército de EEUU están desarrollando teléfonos inteligentes capaces de detectar e identificar agentes químicos y biológicos desconocidos, para evitar poner en peligro a soldados y civiles, informó hoy el Pentágono.
El biólogo Calvin Chue es el investigador principal de este proyecto en el que está trabajando el Mando de Ingeniería, Investigación y Desarrollo del Ejército de EEUU (RDECOM) con el fin de crear una nueva generación de objetos electrónicos.
"La mayor amenaza siempre va a ser un patógeno emergente, aquello de lo que has oído hablar en las noticias", señaló Chue en una entrevista con el blog científico "Armed With Science" del Departamento de Defensa.
Chue recordó que EEUU tiene soldados desplegados en todo el mundo, por eso destacó la importancia de "ser capaces de desarrollar herramientas y tecnologías encaminadas a detectar peligros desconocidos antes de que (los soldados) estén expuestos a ellos".
En concreto, la división de Biociencia del Centro Químico y Biológico Edgenwood (ECBS) está trabajando con sensores instalados en un dispositivo electrónico móvil que puedan detectar sustancias "desconocidas" o "sospechosas".
"Estamos tratando de desarrollar nuevos tipos de sensores que el soldado pueda utilizar para ampliar su conocimiento sobre el terreno", explicó Chue.
Chue señaló que el militar puede llevar entre 30 ó 40 sensores químicos y biológicos adjuntos al teléfono o a una tableta electrónica capaces de detectar estos agentes que ayudarían a los militares a "expandir sus sentidos".
Además del "diagnóstico" sobre el terreno que alertaría al militar si está en peligro, el teléfono enviará el resultado a un laboratorio o a un puesto de mando para un análisis más exhaustivo.
Este proyecto, que está en fase de desarrollo, requiere el trabajo integrado con investigadores en el sector de la electrónica y las comunicaciones, pero Chue espera que el dispositivo esté preparado para su uso en cinco o seis años.
Entre los beneficios de estos teléfonos con sensores inteligentes está la reducción del tamaño y el peso de los detectores que se utilizan actualmente.
"Si (los soldados) tienen limitaciones de peso, tienen que elegir qué llevan y qué no, pero con estos pequeños sensores esperamos que se beneficien de las ventajas sin las limitaciones" de un equipo más pesado, señaló.
El científico destacó que las ventajas de éste y otros trabajos del laboratorio militar pueden extrapolarse al resto de la población. "Estamos haciendo una variedad de cosas no sólo para el beneficio de los soldados, sino para todo el público", aseguró.
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