En estrecha competencia con la música, las matemáticas y el puñetazo en la cara, podría debatirse si la pornografía es el gran lenguaje universal. Como negocio es enormemente lucrativo y cuenta con su propio olimpo de magnates cuyos paradigmas encarnan Larry Flynt y Hugh Hefner: el proletario, desvergonzado y pringoso Flynt se enriqueció con el sexo explícito de la revista Hustler. Hefner, en cambio, cultiva una imagen atildada y durante décadas envolvió el erotismo subido (la pornografía blanda) de su Playboy con artículos y colaboraciones de lo más granado de la intelectualidad liberal estadounidense. Tampoco el sector de la pornografía escapa a los nuevos paradigmas que impone el auge de Internet. Fabian Thylmann tiene cierto aire a Flynt y hace jugosos negocios con Hefner, pero con sus sudaderas de capucha y su pinta de treintañero empollón, gordito y miope, más parece una suerte de Mark Zuckerberg sicalíptico con debilidades de Kim Dotcom.
Siguiendo los pasos de este compatriota (que al nacer se apellidaba Schmitz), Thylmann ya ha pisado la cárcel. Ha estado en prisión preventiva desde el 4 de diciembre hasta ayer. El portavoz de los fiscales de Colonia Ulrich Bremer explicaba a este periódico que dejó una fianza de algo más de 10 millones de euros y que deberá cumplir condiciones estrictas para seguir en libertad en los próximos meses, mientras espera un juicio por evasión fiscal. La semana pasada lo extraditaron desde Bélgica, donde 100 funcionarios, entre policías locales y técnicos del fisco alemán, participaron en su detención en la casa familiar de Tervuren, un barrio distinguido de Bruselas. La policía alemana registraba al mismo tiempo las dependencias de su intrincado holding, Manwin, en Hamburgo. El dueño de portales pornográficos de reputación mundial como YouPorn, Pornhub o MyDirtyHobby responderá a acusaciones de evasión de impuestos a gran escala. Las pesquisas de los fiscales apuntan a decenas de millones de euros. En Alemania, la pena máxima para esos delitos fiscales es de 10 años.
Thylmann agrupa sus más de 35 empresas en el consorcio luxemburgués Manwin, del que es jefe y propietario único. El oscuro complejo, con sede en un aséptico edificio de cristal y cemento, ocupa a unas 900 personas. Además de mantener sus propios portales de Internet siempre vigilados para impedir pornografía infantil y otros contenidos ilegales, Manwin se encarga de la presencia online de Playboy y de su emisora de televisión. El imperio de Thylmann tiene presencia física en Luxemburgo, Canadá, Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Chipre. El fiscal de Lovaina, donde estuvo encerrado el empresario, explica que el reo no se opuso a su traslado a Alemania. El fiscal de Colonia Bremer, por su parte, aclara que tanto la empresa como la vivienda de Thylmann han sido registradas por expertos en informática. Se han llevado discos duros y documentación.
El desaparecido Financial Times Deutschland (FTD) publicaba en octubre que Manwin es “el mayor holding erótico del mundo”. Thylmann “lo levantó de la nada”. Se trata de la única entrevista conocida con el potentado del porno, que había participado en una feria del ramo en Las Vegas. Fue a dar una ponencia sobre sus actividades empresariales. Sentado sobre una mesa, vestido con el estilo informal típico de los jóvenes millonarios de la Red y bamboleando las piernas como un colegial, el pornógrafo aclaró antes que nada: “Me gusta mi trabajo”. Se disponía a “desterrar lo rumores conspiratorios que corren” sobre él “en esta industria: no soy tan malo”.
Thylmann es dueño de una docena larga de páginas pornográficas que funcionan como YouTube. Son servidores para vídeos que los usuarios suben o consumen. Tres de sus ofertas están entre las 10 principales del mundo: Pornhub, YouPorn y Tube8. Su volumen de negocios supera los 200 millones de euros anuales, con un margen bruto de alrededor del 30%. El empresario empezó en esto como programador de software. Vendió su primer programa completo, llamado NATS, en 2006. Sirve para calcular las comisiones de publicidad que unas empresas pagan a otras por aumentar su tráfico en Internet. Según parece, NATS es hoy el sistema más extendido entre las webs X en todo el mundo. Con la venta de este programa se embolsó varios millones de euros, que usaría para comprar servidores de porno. En 2007 fundó Manwin.
En septiembre, el dominical Welt am Sonntag le dedicó un largo reportaje titulado “Un alemán excita al mundo”, donde los reporteros describían el nebuloso entramado empresarial de Manwin como muy susceptible de dedicarse a la evasión fiscal. Citaban a un experto en impuestos: “Este es un caso claro para los inspectores de Hacienda”. Thylmann reaccionó denunciando inmediatamente a Die Welt por “difundir falsedades”. Los jueces ordenaron la retirada cautelar del reportaje, muy difícil de encontrar en Internet desde el día 4 de octubre. El enlace original lleva a un blog de los periodistas, que ahora se congratulan por el éxito de su investigación. En el artículo decían que “Manwin es el Google del porno”. Según Bild, el millonario también financió el club nocturno “de lujo” que Playboy tiene en Colonia.
El modelo de negocio de páginas como YouPorn es similar al de los agregadores de noticias y las páginas que se nutren de blogs. En lugar de rodar sus propias cintas con profesionales y pagar a sus intérpretes, las páginas como YouPorn publican contenidos ajenos, a menudo pirateados, y también las producciones de aficionados que, por exhibicionismo o por modesto afán de lucro, cuelgan sus vídeos caseros en la Red. La empresa gana dinero a través de la publicidad que genera el tráfico de los 300 millones de usuarios registrados por Manwin cada mes. Según cuenta Thylmann, sus páginas contabilizan un total de 16.000 millones de clics mensuales. Facebook llega a algo más de 1.000 millones en ese mismo plazo. Según contaba el empresario al FTD, uno de cada mil usuarios recurre a las ofertas de pago. La gente, dice, “sigue estando dispuesta a pagar, solo hay que mostrarles lo que buscan”. Así que la oferta de Manwin aspira a abarcar los más diversos gustos sexuales, incluida la pujante moda del porno para mujeres, un género que él llama glamcore.
Como Kim Dotcom, el misterioso dueño de YouPorn es aficionado a los automóviles rápidos. Se sabe que nació en Aquisgrán en 1978, que está “felizmente casado” y que tiene dos hijos. Muy atrás quedan los juicios por indecencia a los que fue sometido Larry Flynt y el escándalo que provocaban sus sexos a todo color. Más aún, aquellos años en los que París discutía si El origen del mundo, de Gustave Courbet, era arte o pornografía. Ahora cabe preguntarse si YouPorn es una web para usuarios específicos o más bien una red social como otra cualquiera, donde la gente enseña la parte de su intimidad que Facebook no permite airear. Entretanto, a los jueces de Colonia les toca ir decidiendo si Thylmann es un delincuente fiscal o un empresario ejemplar en una industria que mueve unos 11.000 millones de euros cada año.
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