Las nuevas tarjetas de crédito que vienen con su correspondiente chip
y requieren de introducir un Pin para pagar no son seguras, tal y como
ha demostrado un estudio de la universidad de Cambridge.
A pesar de que se nos ha vendido que las
tarjetas con chip evitan que haya fraudes en las compras que realizan
los clientes, la prestigiosa universidad inglesa ha demostrado que
pueden ser clonadas.
El estudio acusa a los bancos de ocultar los riesgos que entraña ese método de pago, y argumenta que la pobre implementación de métodos de cifrado en esas tarjetas hace que sean vulnerables ante los criminales.
Además, una vez han salido a la luz los resultados del estudio
británico, desde la organización Financial Fraud Action, que se encarga
de controlar el fraude financiero en Gran Bretaña, han insistido en que
en ningún momento defendieron la eficacia absoluta de esas tarjetas.
Los autores del estudio han explicado que muchos cajeros y términales TPV tienen fallos en los generadores de los números de autenticación necesarios para dar el visto bueno a una transferencia.
Desde Financial Fraud Action han defendido que aunque es posible realizar operaciones fraudulentas, es muy complicado ponerlo todo en marcha y además sus autores correrían un gran riesgo de ser descubiertos.
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