Intel está haciendo grandes esfuerzos para introducirse en el mercado
de dispositivos móviles. Ejercer influencia en él es una ardua empresa,
sobre todo porque tiene un nombre dominante desde hace varios años: ARM Holdings.
El vicepresidente de la firma británica, Noel Hurley, no tiene dudas: a Intel le queda un largo camino para alcanzar a ARM en términos de consumo de energía.
Las declaraciones se producen poco después de que Intel adelantara la
presentación a finales de septiembre de nueva generación de chips Haswell, que pretenden ser un 41% más eficientes energéticamente.
Pero los procesadores con arquitectura ARM consumen menos de 1W, y esta es una marca difícil de batir.
Como recuerda Digitimes, la amenaza para Intel no es ARM en sí, sino los vendedores de chips que amparan a la firma británica: Qualcomm, Nvidia, Texas Instruments o MediaTek. Una red de socios que monopoliza el mercado móvil.
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