El Departamento de Agricultura de Estados Unidos
(USDA, por sus siglas en inglés) pronostica una inflación sustancial en
los precios de los alimentos para 2013 o antes, debido a la peor sequía
que afecta el país en más de medio siglo.
Los sectores más afectados por las condiciones
climatológicas son los cultivos de maíz y soja, además del ganado que
consume estos productos o no tiene donde pastar.Según el más reciente índice de precios del USDA se espera que el mayor incremento se dé en los precios de la carne y la leche, seguidos de una alza de alimentos de consumo casero de 4% para el próximo año.
Analistas y organizaciones que abogan por políticas de desarrollo alimentario advierten que los peores afectados serán las comunidades más vulnerables del país y del mundo, aunque muy pocos estarán libres de los efectos que tendrá sobre la recuperación económica ni de la sombra de los especuladores.
Zonas de desastre
Un reporte de la Adminstración Oceánica y Atmosférica Nacional (NOAA) informa que Estados Unidos atraviesa la sequía más drástica desde 1956. La situación se da después de que la agencia declaró a 2011 como el año más caluroso desde que se llevan los registros.Indica que el 80% del llamado territorio continental está anormalmente árido y que las condiciones se han extendido hacia el occidente, las áreas centrales y las grandes planicies.
Las autoridades estiman que 30% de los cultivos de maíz en 18 de los estados productores están en muy pobres condiciones. Pastizales y zonas de pastoreo también están deterioradas.
El Departamento de Agricultura declaró más de 1.000 condados en 26 estados zona de desastre debido a la sequía que tendría un efecto significativo en los precios de los alimentos.
"Mirando hacia 2013, se espera que la inflación continúe fuerte para la mayoría de los productos de fuente animal, debido a los altos precios de los alimentos de animales. Además, la inflación beberá sobrepasar el promedio histórico en categorías de comida como cereales y productos panaderos, así como otros", leyó el comunicado del USDA.
"De mal en peor"
Esa situación no augura bien para la golpeada economía de EE.UU. y en particular para las personas de bajos ingresos.
"Las cosas han estado yendo de mal en peor", dijo a BBC Mundo Joel Berg, analista del Centre for American Progress, un centro de investigación liberal en Washington D.C. "Ahora, con este anuncio, serán nefastas".
Berg, que también es director ejecutivo de la Coalición Contra el Hambre, en Nueva York, explica que, comparado a otros países industrializados, los sectores de bajos recursos en EE.UU. no tienen muchas protecciones.
"Aquí hay bajos sueldos, no hay cobertura de salud, ni cuidado de los niños, ni días de enfermedad, como en algunos países de Europa occidental", expresó. "La única protección que se tenía eran precios de la comida relativamente bajos pero eso ya se está acabando".
El analista añade que el impacto también lo sentirá la clase media que de por sí ya está bajo presión por la crisis económica. "Todo el mundo necesita comida y esta es la proverbial gota que rebasó la copa".
"Las cosas han estado yendo de mal en peor", dijo a BBC Mundo Joel Berg, analista del Centre for American Progress, un centro de investigación liberal en Washington D.C. "Ahora, con este anuncio, serán nefastas".
Berg, que también es director ejecutivo de la Coalición Contra el Hambre, en Nueva York, explica que, comparado a otros países industrializados, los sectores de bajos recursos en EE.UU. no tienen muchas protecciones.
"Aquí hay bajos sueldos, no hay cobertura de salud, ni cuidado de los niños, ni días de enfermedad, como en algunos países de Europa occidental", expresó. "La única protección que se tenía eran precios de la comida relativamente bajos pero eso ya se está acabando".
El analista añade que el impacto también lo sentirá la clase media que de por sí ya está bajo presión por la crisis económica. "Todo el mundo necesita comida y esta es la proverbial gota que rebasó la copa".
Reformas "necesarias"
Por otra parte, Eric Holt Giménez, director ejecutivo de la ONG Food
First (Primero la Alimentación), que aboga por políticas justas de
desarrollo y alimentación a nivel internacional, manifestó que en 2008
también hubo eventos climatológicos que desataron problemas de aumento
en el precio de los alimentos, incluyendo en EE.UU.
"Sequías van y vienen. Esto no es nada nuevo", aseguró a la BBC. "No quiero minimizar el daño de la sequía pero, históricamente, Estados Unidos y otros países han lidiado con eso".
Lo que Holt Giménez quiere ver son reformas que cambien un sistema alimentario global que dice estar ahora muy vulnerable a los golpes económicos y ambientales.
"Se encuentra así por el interés de los monopolios internacionales que pueden hacer enormes ganancias en lo que ellos llaman el mercado libre", afirmó.
Según él, las reformas deben incluir la aplicación de las leyes antimonopolio en EE.UU. y el retiro de la agricultura de la Organización Mundial del Comercio para evitar el "dumping" o inundación de granos subsidiados en países donde el agricultor no puede protegerse. También que se le pague un sueldo justo a estos agricultores.
Desafortunadamente no existe un ambiente político apropiado para promover una legislación que reforme el sistema ni que brinde asistencia a los afectados, argumenta el director ejecutivo de Food First.
"La crisis económica global fue generada por una crisis alimentaria y la tremenda especulación que le sucedió", aseguró Eric Holt Giménez. "En 2008 era evidente que fue uno de los mayores impulsores de la crisis y no se hizo nada, igual en 2011 y, ahora, entrando en 2013, nada".
Joel Berg, por su parte, recalca que cuando el precio del petróleo subió igualmente lo hizo el precio de los alimentos porque su producción y distribución dependía tanto del combustible. "Cuando bajó el petróleo no se vio la misma concordancia en el precio de los alimentos", recordó. "Espero que no se use como una excusa para seguir con los precios altos más allá de lo que el clima dicta", concluyó.
"Sequías van y vienen. Esto no es nada nuevo", aseguró a la BBC. "No quiero minimizar el daño de la sequía pero, históricamente, Estados Unidos y otros países han lidiado con eso".
Lo que Holt Giménez quiere ver son reformas que cambien un sistema alimentario global que dice estar ahora muy vulnerable a los golpes económicos y ambientales.
"Se encuentra así por el interés de los monopolios internacionales que pueden hacer enormes ganancias en lo que ellos llaman el mercado libre", afirmó.
Según él, las reformas deben incluir la aplicación de las leyes antimonopolio en EE.UU. y el retiro de la agricultura de la Organización Mundial del Comercio para evitar el "dumping" o inundación de granos subsidiados en países donde el agricultor no puede protegerse. También que se le pague un sueldo justo a estos agricultores.
Desafortunadamente no existe un ambiente político apropiado para promover una legislación que reforme el sistema ni que brinde asistencia a los afectados, argumenta el director ejecutivo de Food First.
Especulación
Joel Berg del Centre for American Progress coincide con Holt Jimenez en asegurar que el gran temor es la especulación con los precios de los alimentos cuyo control está en manos de pocos."La crisis económica global fue generada por una crisis alimentaria y la tremenda especulación que le sucedió", aseguró Eric Holt Giménez. "En 2008 era evidente que fue uno de los mayores impulsores de la crisis y no se hizo nada, igual en 2011 y, ahora, entrando en 2013, nada".
Joel Berg, por su parte, recalca que cuando el precio del petróleo subió igualmente lo hizo el precio de los alimentos porque su producción y distribución dependía tanto del combustible. "Cuando bajó el petróleo no se vio la misma concordancia en el precio de los alimentos", recordó. "Espero que no se use como una excusa para seguir con los precios altos más allá de lo que el clima dicta", concluyó.
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