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2012/06/14

España, atrapada en el círculo vicioso de la crisis


No basta rescatar a los bancos si no se puede rescatar la economía. Ese es , en resumidas cuentas, el juicio que los mercados financieros parecen estar haciendo acerca de España en los últimos días.
Durante semanas, todo lo que escuchábamos de los analistas financieros era que los bancos de España necesitaban un rescate y que el gobierno español no tenía suficiente dinero para ello.

Finalmente, el pasado fin de semana, el presidente del gobierno español se tragó su orgullo y pidió esa ayuda a sus socios europeos. Pero el alivio del mercado tuvo una corta vida, incluso en comparación con anteriores "rescates" de la eurozona.
En un momento dado de este martes, la tasa de interés sobre un bono del gobierno español a diez años se había elevado al 6,8%, la más alta desde que entró en vigor el euro. La brecha entre las tasas de préstamo a largo plazo de España y Alemania también alcanzó un máximo histórico, así como el costo del seguro contra una suspensión de pagos de la deuda soberana española.
¿Por qué siguen los inversionistas tan pesimistas acerca de España?
Probablemente una parte de la explicación es nuestra vieja amiga, la incertidumbre política. Las elecciones en Grecia se ciernen en el horizonte y la agenda para la cumbre europea a fin de mes luce dolorosamente ambiciosa.

Desconfianza

Nadie sabe todavía lo que la canciller Angela Merkel estará dispuesta a firmar en esa reunión, si es que realmente firmará algo. Después de todo, tiene razones de peso para desconfiar de las habladurías de una "unión bancaria" europea que provienen de Bruselas. Lo mismo que el Bundesbank.
Pero la esencia del problema para España -reflejada muy claramente en los movimientos del mercado en los últimos días- es el crecimiento económico. En Italia también: las preocupaciones sobre el estado de la economía contribuyeron a elevar el costo de los préstamos del gobierno italiano a principios de la semana.
Son mayormente las sombrías perspectivas para la economía española las que llevaron a Fitch y a otras agencias de calificación a bajar la nota a muchos bancos españoles en días recientes. Los préstamos de emergencia ayudan, pero no pueden hacer que desaparezca la recesión, ni eliminar la necesidad de muchos más años de austeridad fiscal.
Un periodo extendido de depresión económica y austeridad fiscal puede destrozar el balance del banco más saludable. Tal como el Fondo Monetario Internacional (FMI) puntualizó tan provechosamente en su reciente evaluación del sector financiero español, España no tiene los bancos en mejor forma.

Debilidad

Al incrementar la deuda nacional hasta en diez puntos porcentuales, el nuevo préstamo europeo de US$125.000 millones podría realmente hacer que el trabajo de limpieza para las finanzas públicas tome más tiempo.
Hemos visto, a través de esta crisis, cómo diferentes países han sido golpeados por la relación íntima, mutuamente destructiva, entre los bancos y sus gobiernos soberanos.
En España, como en Irlanda, son las deudas de los bancos las que han debilitado fundamentalmente el balance general del gobierno. En Grecia, Portugal y hasta cierto punto Italia, los problemas de deuda se han esparcido mayormente en la otra dirección: del gobierno a los bancos. Sea como fuere, ha sido una mezcla tóxica.
Ahora, los debilitados bancos españoles están quedando aún más débiles, debido a las consecuencias económicas más amplias de enfrentar al problema de la deuda gubernamental; un problema creado en gran parte por los mismos bancos. En ese sentido, el círculo vicioso está completo. Y no solamente en España.

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