Desde abril Instagram
no ha dejado de cambiar y de crecer, aunque por el camino se haya
dejado parte de su sello. Inicialmente solo funcionaba con iPhone. Justo
una semana antes de que se anunciase la compra por parte de Facebook
por mil millones de dólares, se abrió a Android. En menos de una semana
obtuvieron un millón más de nuevos registros.
Sin embargo, había una parte de su ser que no se había perdido. Estaba pensado para crear imágenes y consultarse siempre desde el móvil. Como mucho, a través de un tuit o un mensaje de Facebook que incluyese un enlace se llegaba a la imagen enviada, pero no se podían interactuar con ella. Ni con comentarios, ni consultando la siguiente.
Como suele suceder cuando se echa algo en falta en la Red, ya existían algunos servicios independientes para poder ver como si fuera un álbum las fotos de cada usuario aunque, de nuevo, sin posibilidad de comentar o marcar que son de nuestro agrado con un corazón. Ink 361 es uno de los más populares, seguido por Inkstagram y Wallgram.
Sin embargo, había una parte de su ser que no se había perdido. Estaba pensado para crear imágenes y consultarse siempre desde el móvil. Como mucho, a través de un tuit o un mensaje de Facebook que incluyese un enlace se llegaba a la imagen enviada, pero no se podían interactuar con ella. Ni con comentarios, ni consultando la siguiente.
Como suele suceder cuando se echa algo en falta en la Red, ya existían algunos servicios independientes para poder ver como si fuera un álbum las fotos de cada usuario aunque, de nuevo, sin posibilidad de comentar o marcar que son de nuestro agrado con un corazón. Ink 361 es uno de los más populares, seguido por Inkstagram y Wallgram.
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