Con
el paso de los años muchos tabúes relacionados con la muerte han ido
desapareciendo y cada vez es más habitual que las personas decidan el destino de sus cuerpos, una vez que hayan fallecido, más allá de si deben ser enterrados o incinerados.
Según leemos en el blog “Gladyzs”,
gracias a la idea de un diseñador español, ahora quienes opten por la
incineración tiene a sus disposición una nueva y ecológica forma de dar
sepultura a sus cuerpos: el proyecto Urna Bios, una urna funeraria en cuyo interior se encuentra alojada una semilla de árbol.
El concepto es obra de Martín Azúa
y consiste en un recipiente funerario biodegradable fabricado a partir
de cáscara de coco, turba compactada y celulosa, al que posteriormente
se le añaden los restos incinerados de la persona fallecida, así como la
semilla de la planta que el difunto haya escogido para simbolizar su paso al más allá.
Una
vez introducido todo en la urna, se entierra en el lugar oportuno y se
riega convenientemente. Ya solo queda esperar a que la semilla germine
para ver crecer un árbol que siempre nos recordará a ese ser querido que
hoy nos vigila desde ese otro lugar.
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