La Unión Europea ha detectado en 2011 la aparición de 49 nuevas drogas, lo que supone exactamente el doble que hace dos años, un negocio en el que está involucrado el crimen organizado y que crece "a un ritmo sin precedentes".
Esta es la principal conclusión de un informe divulgado hoy por el Observatorio Europeo de Drogas y Toxicomanías (OEDT), con sede en Lisboa, y que considera que la proliferación de sustancias psico-activas desconocidas hasta ahora supone un nuevo "reto" para los organismos que luchan contra el tráfico de estupefacientes.
De estas 49 nuevas drogas, 23 son de tipo sintético cannabinoide, 8 pertenecen a la categoría de "cathinones sintéticos" -derivados de la catinona- y otras 5 proceden de la familia de la feniletilamina, a la que se le conoce como "droga del amor" por ser uno de los compuestos químicos producidos de forma natural por el cuerpo humano que juega un papel fundamental en el proceso de enamoramiento.
Entre las 13 restantes aparecen varios "derivados de drogas controladas" así como sustancias pertenecientes a familias químicas "relativamente nuevas o de las que apenas habían sido encontradas hasta ahora un pequeño número de muestras".
Las drogas suponen un nicho de mercado muy lucrativo
"Las nuevas sustancias se han convertido en un fenómeno global que se desarrolla a un ritmo sin precedentes. La velocidad con la que aparecen estas sustancias en el mercado se refleja no sólo en el número de compuestos, sino también en su diversidad y en cómo son producidas, distribuidas y comercializadas", señala el informe.Según los datos recogidos por la OEDT y Europol, la mayoría de estas sustancias son fabricadas en el extranjero, sobre todo en China y, en menor intensidad, también en la India. "Con la producción situada fundamentalmente fuera de Europa, ha emergido un nuevo nicho de mercado muy lucrativo (...) y han aparecido instalaciones para su importación, mezcla y empaquetado en el continente europeo", se alerta en el documento.
Los expertos advierten de que estos productos son vendidos principalmente a través de Internet y en tiendas especializadas como alternativas legales a drogas comunes como la cocaína, las anfetaminas o la marihuana.
"La producción inicial de este tipo de sustancias es muy barata y puede generar fáciles beneficios a grupos de crimen organizado así como a empresarios que las produzcan", explica el informe. El estudio publicado hoy precisa que la prevalencia de estos compuestos psico-activos "todavía no es sustancial" en comparación con otras drogas, aunque "existe el potencial de que crezca rápidamente su consumo en determinados sectores de población".
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