La
ciberdelincuencia global inquieta a las policías de medio mundo desde
hace tiempo. Y, según los datos conocidos hoy, no sin razón. La Agencia
británica contra el Crimen Organizado (SOCA),
en colaboración con el FBI, el Departamento de Justicia de EE. UU. y
policías de Alemania, Países Bajos, Ucrania, Australia y Rumanía han
dirigido una investigación global contra el robo de datos bancarios y tarjetas de crédito en internet que de momento deja el cierre de 36 sitios web en países de tres continentes y la detención de tres personas.
Los
36 sitios web clausurados eran el escaparate donde se vendían tarjetas
de crédito y datos bancarios. En concreto, SOCA, tras dos años de
investigación, habría recuperado más de 2,5 millones de datos de información personal y financiera comprometida.
Desde hace varios años, existe una ciberdelincuencia organizada destinada a robar grandes volúmenes de información bancaria que luego venden a granel
a un mercado cada vez mayor de defraudadores en internet. La aparición
de estos portales automáticos en internet permite a los delincuentes
vender los datos en mayor cantidad y de forma más rápida de lo que antes
eran capaces de hacer.
Una investigación de The Independent el verano pasado demostraba que los estafadores vendían tarjetas entre 5 céntimos y 73 euros por tarjeta, dependiendo de su calidad. Algunas tarjetas se venden con información incompleta o poco fiable, mientras que otras están listas para usar.
Un portavoz de SOCA le ha explicado a la BBC que las bandas criminales reclutan hackers para escribir software malicioso o «phishing», y robar información personal.
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