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2012/03/02

El Mobile World Congress deja 300 millones de beneficios en Barcelona

Redondo. Así se califica desde Fira de Barcelona y la GSMA el congreso mundial de telefonía que cerró ayer. El éxito del Mobile World Congress para la ciudad se escribe en cifras por miles. O por millones de euros. Más de 67.000 visitantes y unos beneficios para la ciudad de más de 300 millones de euros... "Y una importante inyección de moral", a decir del director general de Fira de Barcelona, Agustín Cordón.
Una avanzadilla dulce para la recién estrenada capitalidad barcelonesa del móvil, un reto en todos los sentidos que debe culminar en el 2018. Los organizadores consideran que la imagen de la ciudad ha salido reforzada, aunque el ruido de las protestas del miércoles llegara hasta el mismo acceso del recinto ferial de Montjuïc. Tan cierto es que los 3.300 periodistas y agencias extranjeras acreditados han escrito crónicas sobre el Mobile asociando Barcelona a la alta tecnología como que algunos de ellos han contado de primera mano los altercados en el paseo de Gràcia.
En cualquier caso, en el Mobile ha ido todo rodado, según los organizadores. Es como una isla en medio de la crisis. Las empresas participantes estuvieron cerrando negocios o haciendo contactos hasta última hora de ayer. A las cuatro de la tarde se cerraron puertas. Si las previsiones iniciales habían estimado una asistencia de 60.000 personas, el balance final supera en mucho ese dato: 70.000. El tirón de este congreso se lee en cifras: 55.000 en el Mobile del 2008, 49.000 en el 2009 y 60.000 en el 2010.
Y la Fira se ha quedado pequeña para tanto móvil, para tantos stands (esta vez 2.400) y para los 3.500 altos ejecutivos que dirigen las principales empresas del mundo en tecnología, sean operadoras, fabricantes o creadores de aplicaciones... De modo que en la próxima edición los organizadores han decidido trasladar el congreso a los recintos de Gran Via, con mucha más capacidad que las instalaciones de la plaza Espanya.
Al cierre del evento, el consejero delegado de la GSMA, John Hoffman, hablaba de éxito. Mientras que un satisfecho Agustín Cordón se congratulaba por que "ha salido todo perfecto". "Hemos conseguido –añadió– avances muy importantes para la capitalidad durante estos días... Pero a partir de mañana tenemos también mucho trabajo". El congreso es sólo una parte, aunque sustancial, del proyecto de capitalidad que dejará otra cifra redonda en los próximos seis años: 3.500 millones de euros de beneficios para la ciudad. Un macroproyecto, el de la capitalidad, en el que están comprometidas desde la Administración hasta empresas privadas como Telefónica, Cisco, Seat. o instituciones como el FC Barcelona.
Cierra el Mobile, pero no se acaban sus efectos. Según el presidente del Gremio de Hoteles de Barcelona (GHB), Jordi Clos, los establecimientos de la ciudad abandonan el lleno total aunque se mantendrán al 70% de su capacidad hasta el próximo domingo. Las instalaciones del aeropuerto de El Prat han ingresado un 13% más esta semana de congreso, por no contar el aterrizaje y salida de los más de 200 jets privados de directivos. "No es sólo la cantidad de visitantes, también su calidad", puntualizó Clos. El Gremi d'Hotelers ya se muestra optimista sobre la próxima ocupación a cuenta del salón Alimentaria de finales de mes. "El ritmo de reservas es mejor de lo esperado", señaló Clos.
En el plano estrictamente tecnológico, Barcelona ha sido noticia estos días en el mundo por varias cosas, pero su nombre ha aparecido siempre en positivo en los principales medios de comunicación mundiales cuando ha ido asociado a muchas de las innovaciones que han presentado las compañías participantes en el Mobile World Congress. La cobertura periodística se ha centrado en las principales novedades en terminales y software, que en esta edición han sido muchas.
Han destacado compañías como Samsung, que con su espectacular stand en la Fira ha demostrado su compromiso con este congreso, y que ha presentado al mundo una tableta enfocada al diseño y la escritura, la Galaxy Note 10.1. El dispositivo tiene un asombroso lápiz que varía el grosor de su trazo según la presión que se hace sobre la pantalla.
Android, el exitoso sistema operativo de Google, ha confirmado en Barcelona que está más fuerte que nunca. Era difícil mirar a algún punto del MWC sin encontrarse con una pantalla de Android. Ya son más de 800 los modelos de teléfonos y tabletas que funcionan con este software móvil Google ha presentado en en este certamen su nuevo y rapidísimo navegador Chrome para dispositivos móviles.
Con Android en sus pantallas, numerosas firmas han presentado excelentes terminales. LG, Huawei, HTC o ZTE han demostrado mucho empuje, con teléfonos cada vez más rápidos, finos y brillantes.
La presente edición del Mobile se ha caracterizado también por el regreso a Europa de los terminales telefónicos de firmas japonesas como Panasonic y Fujitsu, reconocidas por sus productos de calidad. También ha pasado la reválida Sony, que ahora fabrica los terminales Xperia en solitario, sin su ya tradicional alianza con Ericsson.
En cambio, otro de los gigantes, Nokia, ha vuelto a dispararse al pie. Después de abandonar Symbian para volcarse con Windows Phone de Microsoft, la compañía finlandesa presentó su smartphone estrella de gama alta, el Lumia 900, como telonero de un terminal difícil de definir y de estética dudosa: el 808 Pure View, que tiene un sensor fotográfico de 41 megapíxeles y vuelve a recuperar a Symbian, transformado ahora en una especie de sistema operativo zombi.
En cuanto a BlackBerry, la noticia es su poca presencia. El pabellón del fabricante canadiense, Research In Motion (RIM), ha estado dedicado en su mayor parte a la tableta PlayBook, a la que ha incorporado su segunda versión del sistema operativo, con funcionalidades que no tenía el anterior, como un programa de correo. Esta tableta, de calidad aunque con una pantalla pequeña respecto a los rivales, adolece de falta de aplicaciones. El único teléfono que podría haber anunciado RIM, un terminal diseñado por Porsche, lo han tenido oculto para enseñarlo sólo con cuentagotas.
Muchas novedades del congreso han llegado de la mano de Telefónica. Por ejemplo, la compañía de telecomunicaciones ha puesto en marcha una iniciativa para lanzar junto a Mozilla –creadora del navegador Firefox– una plataforma libre para dispositivos móviles basada en el protocolo HTML5.
El Mobile ha sido un escaparate también para las aplicaciones, un terreno en el que muchas compañías catalanas se han desenvuelto bien. El software se ha convertido en los últimos años en una parte fundamental de los teléfonos. La llegada de las tabletas ha marcado mucho más su importancia. El relieve del congreso de Barcelona se pone de manifiesto cuando un coloso como Microsoft decide presentar su nuevo Windows durante la cita del Mobile World Congress.

La ventaja de la especialización

Viajar a Barcelona para el Mobile World Congress (MWC) es siempre un placer, y no sólo porque me permite cambiar el frío invierno de Nueva York por la ciudad de las palmeras y el sol. Mi publicación, PCMag.com, cubre principalmente el mercado de EE.UU., por lo que el MWC es una oportunidad única para ver lo que Europa y el resto del mercado global ofrece. Es fácil quedar atrapado en una burbuja en EE.UU. tras las batallas entre los cuatro grandes de la telefonía móvil (T-Mobile, AT&T, Verizon y Sprint), el último rumor de iPhone o el último caso en la Comisión Federal de Comunicaciones. En el MWC se puede probar el nuevo teléfono inteligente o aplicación, aunque nunca estén en las tiendas de EE.UU.
Y, además, permite centrarse, durante una semana, en un solo segmento del ámbito tecnológico, con lo que supone estar rodeado de grandes especialistas. Venir al MWC, por su parte, también me recuerda que mis clases de instituto de francés difícilmente me hacen bilingüe. Escuchar a los periodistas cambiar de un idioma a otro con facilidad me anima a estudiar para aprender otra lengua.

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