Nicira es el resultado de los estudios de Martín Casado, supervisados por Nick McKeown, en la universidad de Stanford (Palo Alto) y de Scott Shenker, de la de Berkeley, al otro lado de la bahía. Tras doctorarse en ciencias de la computación en Stanford, Casado y sus dos profesores fundaron en 2007 Nicira. Desde hace años Casado trabaja en el departamento de ciencias de computación de la universidad.
Martín Casado es español y norteamericano. De hecho sólo dos de sus 36 años de vida los pasó en España, los dos primeros. “Mi padre ese de Águilas y mi madre italoamericana. Tenemos unos terreno y una casita en Águilas, y una vez al año viajamos allí”.
Nicira ha hecho con las redes físicas lo que ya se hacía con el ordenador físico que, con ayuda de software, puede desarrollar un puñado de máquinas virtuales, funcionando todas a la vez, cada cual con su usuario y con las mismas propiedades que el equipo físico. La máquina física asegura el pleno rendimiento de las virtuales, que pone en marcha o apaga en minutos en función de las necesidades.
Pero esa flexibilidad ya conseguida con los servidores no era posible con las redes físicas. Ampliar la capacidad de una empresa significaba llamar a Cisco o a Juniper Networks y que instalara más aparatos lo que, aparte de caro, resultaba demasiado lento.
Aquí llega Nicira, "una nueva red", como ha titulado la nada sensacionalista Technology Review . "Una start up llamada Nicira lanza un producto hoy con la ambiciosa meta de hacer todos los servicios de Internet más inteligentes, más rápidos y más baratos”, presenta la revista. ¿Es una exageración? “No sé”, contesta Casado por correo. “Creo que es muy importante. Y hay mucha gente que piensa que pueden cambiar muchas cosas en networking”.
Lo menos cierto es lo de "nueva". Nicira nació hace cinco años. Lleva años funcionando fuera de los focos de la publicidad, hasta el lunes que se ha hecho pública. Detrás tienen potentes apoyos económicos (50 millones de dólares de Ventura Partners y Andreesen Horowitz, entre otros), potentes fichajes técnicos (ingenieros de Cisco) y, sobre todo, potentísimos clientes, como eBay, la operadora japonesa NTT, la norteamericana AT&T o la alemana Deutsche Telekom.
Nicira consigue, a partir de una red física, extender redes virtuales en cuestión de minutos y en función de las necesidades. Con la misma facilidad que las máquinas virtuales. Y no hay que comprar hardware ni hay incompatibilidades de protocolos de seguridad. Basta añadir una capa de software sobre el servidor físico de la empresa.
“De la misma manera que un solo ordenador se convirtió en una docena, una sola red física se puede subdividir y actuar como una docena de redes individuales virtuales".
Estas redes virtuales se montan en cuestión de minutos, y aparte de ahorrar tiempo ahorra mucho dinero pues su instalación y funcionamiento van en función del uso. Sólo se paga mientras está en marcha, una solución maravillosa para empresas que viven repuntes de actividad muy fuertes y que tienen que decidir entre mejorar las redes para que estén 11 meses infrautilizadas o dar un mal servicio al tener las redes colapsadas durante la campaña navideña. De la mano de este murciano, han llegado las redes virtuales on demand.
Cuando no anda con el software a vueltas, Martín Casado corre y corre y corre. Es capaz de correr 150 kilómetros en menos de un día. "En 23 horas y 47 minutos", puntualiza. Sus respuestas también son rápidas, cortas y tajantes. ¿Debería Cisco preocuparse por Nicira? “Creo que ambas son complementarias”, contesta por correo. Aun así sorprende que Cisco, que se dedica a comprar decenas y decenas de start up para abortar la competencia, no haya logrado hacerse con Nicira. “No hemos querido vender. Queremos hacernos una compañía muy grande”.
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